

5 de noviembre de 2025 - 11:15 AM

Shein, la empresa china que vende fundamentalmente sus productos a través de internet y a un público joven fuera del país, se ha visto envuelta en la polémica por la venta en su plataforma de muñecas sexuales de aspecto infantil, un nuevo golpe a su imagen que se suma a las críticas a su modelo de “moda rápida”.
Las autoridades francesas abrieron recientemente una investigación tras la detección de muñecas sexuales con apariencia infantil en la web de Shein.
El caso también afecta a otras plataformas como AliExpress, Temu y Wish, acusadas de permitir el acceso de menores a contenidos pornográficos.
Shein ha asegurado que ha retirado los productos implicados, prohibido de forma permanente la venta de muñecas sexuales y suspendido su categoría de artículos para adultos, al tiempo que ha ofrecido dar los nombres de los compradores si se le solicitan.
Fundada en 2008 en la ciudad oriental china de Nankín, Shein basa su éxito en un modelo de producción ultrarrápido, con una oferta en constante renovación y precios bajos.
La empresa concentra su fabricación en China, pero no comercializa sus productos en el país y centra su actividad en mercados como Estados Unidos y Europa.
Su estrategia de crecimiento combina la venta directa a través de internet, el uso intensivo de redes sociales y la colaboración con ‘influencers’ para atraer a los jóvenes.
En 2022 trasladó su sede a Singapur para facilitar su operativa internacional y evitar algunas de las restricciones regulatorias impuestas en China.
Shein está bajo investigación en la Unión Europea (UE) por supuestas prácticas engañosas hacia los consumidores.
La Comisión Europea (CE) urgió el pasado mayo a la empresa a respetar las normas comunitarias de protección al consumidor, en el marco de una investigación sobre prácticas que infringen su legislación, como falsos descuentos, presión a los consumidores para que completen sus compras o etiquetas engañosas.
Además, la organización europea de consumidores BEUC y 25 asociaciones nacionales denunciaron a la empresa por el uso de “patrones oscuros” en su plataforma que, según las acusaciones, inducen al sobreconsumo y dificultan las decisiones de compra.
Shein afirmó que coopera “de manera constructiva” con las autoridades europeas y que mantiene su compromiso con el cumplimiento de la normativa comunitaria.
El modelo de “moda rápida” de Shein ha suscitado además críticas por su elevado impacto ambiental y por las condiciones laborales en su cadena de suministro.
Organizaciones ecologistas alertan del aumento de los residuos textiles derivados de la producción masiva de prendas de corta duración, mientras que grupos de derechos humanos han expresado su preocupación por la posible utilización de algodón procedente de la región china de Xinjiang, objeto de denuncias por trabajo forzoso.
La compañía niega esas acusaciones.
Shein llegó a alcanzar una valoración de unos 100.000 millones de dólares hace tres años, pero ahora afronta presiones de sus inversores para rebajarla hasta unos 30,000 millones ante la fuerte competencia de rivales como Temu.
Además, la empresa se enfrenta a obstáculos en mercados como Estados Unidos, que buscan limitar los mecanismos que permiten a las plataformas chinas realizar envíos internacionales a bajo coste.
La empresa también estudia, según medios internacionales, devolver su sede central desde Singapur a China para mejorar su relación con las autoridades del gigante asiático y facilitar una eventual salida a bolsa en Hong Kong, tras no lograrlo en Nueva York ni en Londres.
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