

5 de diciembre de 2025 - 8:07 PM

El almirante de la Marina de Guerra de Estados Unidos encargado de comandar los ataques militares contra una embarcación que presuntamente transportaba drogas en el mar Caribe informó el jueves a los legisladores que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, no giró una orden de “matar a todos”, pero un impactante video del bombardeo dejó serias dudas mientras el Congreso examina el incidente en el que dos sobrevivientes fueron abatidos.
El almirante Frank “Mitch” Bradley compareció en el Capitolio para una serie de sesiones informativas clasificadas mientras los legisladores llevan a cabo una investigación después de que se reportó que había ordenado el ataque de seguimiento que mató a los sobrevivientes para satisfacer las demandas de Hegseth. Expertos legales han dicho que tal ataque podría ser una violación de las leyes de guerra.
“Bradley fue muy claro en que no recibió tal orden, de no dar cuartel o de matar a todos”, dijo el senador republicano Tom Cotton, quien preside la Comisión de Inteligencia del Senado, al salir de la sesión.
Mientras Cotton defendió el ataque, los demócratas que también formaron parte de la sesión y vieron el video —en el que se podía ver a los sobrevivientes siendo asesinados— cuestionaron la justificación del gobierno del presidente Donald Trump y señalaron que el incidente era sumamente preocupante.
“La orden, básicamente, fue: Destruir las drogas, matar a las 11 personas en el bote”, dijo el representante Adam Smith, el demócrata de mayor rango en la Comisión de Servicios Armados de la Cámara baja.
Smith, quien exige una investigación más exhaustiva, señaló que los sobrevivientes eran “en esencia, dos personas sin camisa que se aferraban a la proa de un barco volcado e inoperable, a la deriva en el agua, hasta que los misiles llegaron y los mataron”.
Las sesiones clasificadas con Bradley, junto al jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Dan Caine, expusieron nueva información mientras Hegseth está bajo escrutinio. Sin embargo, las sesiones no hicieron mucho para resolver las crecientes preguntas sobre la base legal de la campaña extraordinaria de Trump para usar poderes de guerra contra presuntos narcotraficantes. Más de 80 personas han muerto hasta ahora en alrededor de 20 ataques.
Los legisladores aún no han autorizado específicamente el uso de fuerza militar contra embarcaciones que presuntamente trasladan drogas y el Congreso, de mayoría republicana, ha rechazado los intentos por poner freno al poder de Trump para llevar a cabo su campaña militar, la cual Hegseth ha prometido que continuará. Varios demócratas han pedido la renuncia de Hegseth.

Los legisladores quieren un informe completo del ataque del 2 de septiembre, el cual fue el primero de varios durante los últimos dos meses contra embarcaciones que se cree que transportan drogas frente a las costas de Venezuela. The Washington Post había reportado que Bradley ordenó el ataque de seguimiento contra los sobrevivientes.
Pero los legisladores que presiden las comisiones de seguridad nacional en ambas cámaras del Congreso salieron con distintas versiones de lo que los dos sobrevivientes hacían al momento en que fueron abatidos.
Cotton dijo que los vio “tratando de voltear una lancha cargada de drogas con destino a Estados Unidos para poder seguir en la lucha”.
Añadió que pasaron “varios minutos” entre el primer y el segundo ataque, el cual consistió en cuatro misiles. Dijo que era “gratificante” que el ejército de Estados Unidos estuviera librando una “batalla” contra los cárteles.
Pero el representante Jim Himes, el demócrata de mayor rango en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo: “lo que vi en esa sala fue una de las cosas más preocupantes que he visto en lo que he estado en el servicio público”.
“Tienes a dos individuos que claramente están en peligro, sin un medio de locomoción, con un barco destruido”, declaró, y que “fueron asesinados por Estados Unidos”.
Los sobrevivientes no emitieron ningún llamado de auxilio ni tuvieron alguna otra comunicación, aunque a los legisladores se les dijo que parecía que, en cierto punto durante del ataque, estas personas hacían señas con la mano, indicó Smith.
Smith reconoció que probablemente había cocaína en el barco, pero rechaza la justificación del gobierno para continuar los ataques contra presuntos traficantes de drogas que pueden o no estar dirigiéndose hacia Estados Unidos. “Ese es realmente el problema en todo esto”, subrayó. “Esa definición increíblemente amplia, creo, es lo que pone en marcha todos estos problemas sobre el uso de fuerza letal y el uso de las fuerzas armadas”.

Al momento del ataque, Bradley era el comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales, encargado de supervisar las operaciones coordinadas entre las unidades de operaciones especiales de élite del ejército desde Fort Bragg, en Carolina del Norte. Aproximadamente un mes después del ataque, fue ascendido a comandante del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos.
Su carrera militar, que se extiende por más de tres décadas, se dedicó principalmente a servir en los SEAL, el grupo de élite de la Marina, y a comandar operaciones conjuntas. Fue uno de los primeros oficiales de fuerzas especiales en desplegarse en Afganistán después de los ataques del 11 de septiembre. Su última promoción a almirante fue aprobada de forma unánime en el Senado a principios de este año, y los senadores demócratas y republicanos elogiaron su historial.
El senador republicano Thom Tillis, ha descrito a Bradley como uno de aquellos que son “sólidos como una roca” y “las personas más extraordinarias que han servido en las fuerzas armadas”.
Pero legisladores como Tillis también han dejado claro que esperan un ajuste de cuentas si se descubre que los sobrevivientes fueron un objetivo. “Cualquiera en la cadena de mando que haya sido responsable de ello, que haya tenido conocimiento, debe rendir cuentas”, expresó.
El gobierno de Trump justifica su campaña contra los presuntos narcotraficantes argumentando que equivalen a combatientes armados porque su carga representa una amenaza para las vidas de los estadounidenses.
Los demócratas exigen que se publique el video completo del ataque del 2 de septiembre, así como los registros escritos de las órdenes y cualquier instrucción de Hegseth sobre la misión. No se compartió con los legisladores las órdenes escritas ni el audio de los comandos verbales.
Un memorando de la Oficina de Asesoría Legal de la Casa Blanca en el que se justifican los ataques fue fechado después del hecho, el 5 de septiembre. Ese documento aún no es divulgado, y los demócratas quieren que se publique.
Obtener más información, sin embargo, dependerá en gran medida de la acción de los legisladores republicanos, quienes tienen el control mayoritario de las comisiones, una perspectiva potencialmente perjudicial si los pone en desacuerdo con el presidente.
El senador Jack Reed, el demócrata de mayor rango en la Comisión de Servicios Armados, dijo que él y el presidente del panel, el republicano Roger Wicker, han solicitado formalmente las órdenes ejecutivas que autorizan las operaciones, así como los videos completos de los ataques, entre otros elementos. El gobierno ha rechazado repetidamente sus solicitudes de información básica sobre la operación, dijo Reed.
Legisladores republicanos cercanos a Trump han apoyado en gran medida a Hegseth y la decisión del gobierno de llevar a cabo los ataques.
Muchos, incluido el presidente venezolano Nicolás Maduro, consideran la operación militar de Estados Unidos como parte de un esfuerzo para provocar un cambio de regimen en su país. Maduro reconoció el miércoles que el mes pasado sostuvo una conversación con Trump, quien confirmó la llamada días antes.
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