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Justicia federal investigará posibles vínculos de Jeffrey Epstein con adversarios políticos de Donald Trump

La pesquisa se realiza tras presiones del presidente de Estados Unidos e involucra al demócrata Bill Clinton

15 de noviembre de 2025 - 1:03 PM

El presidente Donald Trump señala a un periodista para que le haga una pregunta durante una mesa redonda sobre cárteles delictivos en el Comedor de Estado de la Casa Blanca. (Evan Vucci)

En respuesta a las exigencias del presidente estadounidense Donald Trump, la secretaria de Justicia Pam Bondi anunció el viernes que le ordenó a un destacado fiscal federal investigar los vínculos del delincuente sexual Jeffrey Epstein con adversarios políticos de Trump, incluido el expresidente Bill Clinton.

Bondi publicó en la red social X que le encargó al fiscal federal de Manhattan, Jay Clayton, encabezar la investigación, coronando una semana llena de acontecimientos en la que los republicanos del Congreso dieron a conocer casi 23,000 páginas de documentos del patrimonio de Epstein, y los demócratas de la Cámara de Representantes aprovecharon correos electrónicos que mencionaban a Trump.

Trump, quien fue amigo de Epstein durante años, no explicó qué supuestos crímenes quiere que el Departamento de Justicia investigue. Ninguno de los hombres que mencionó en una publicación en redes sociales en la que exigía la investigación ha sido acusado de conducta sexual inapropiada por ninguna de las víctimas de Epstein.

Horas antes del anuncio de Bondi, Trump publicó en su plataforma Truth Social que le pediría a ella, al Departamento de Justicia y al FBI que investigaran la “participación y relación” de Epstein con Clinton y otros, incluidos Larry Summers, exsecretario del Tesoro, y el fundador de LinkedIn y donante demócrata, Reid Hoffman.

Trump, que llamó al asunto “el engaño de Epstein, que involucra a los demócratas, no a los republicanos”, señaló que la investigación también debería abarcar al gigante financiero JPMorgan Chase, que proporcionó servicios bancarios a Epstein, y a “muchas otras personas e instituciones”.

“Esto es otra falsedad de ‘Rusia, Rusia, Rusia’, en la que todas las flechas apuntan a los demócratas”, escribió el presidente republicano, refiriéndose a la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la supuesta interferencia rusa en la victoria electoral de Trump en 2016 sobre la esposa de Bill Clinton, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton.

Al preguntársele posteriormente el viernes si debería estar ordenando tales investigaciones, Trump respondió ante los periodistas a bordo del Air Force One: “Soy el principal funcionario policial del país. Estoy autorizado para hacerlo”.

En un memorando de julio sobre la investigación de Epstein, el FBI señaló: “No descubrimos evidencia que pudiera justificar una investigación contra terceros no acusados”.

La exigencia del presidente para que haya una investigación —y el rápido consentimiento de Bondi— es el ejemplo más reciente de la erosión de la tradicional independencia del Departamento de Justicia frente a la Casa Blanca desde que Trump asumió el cargo.

Es también un intento extraordinario de desviar la atención. Durante décadas, el propio Trump ha sido examinado por su cercanía a Epstein, aunque, al igual que las personas que ahora quiere investigar, las víctimas de Epstein no lo han acusado de conducta sexual inapropiada.

Ninguna de las personas que Trump ordenó investigar fue acusada de delitos sexuales

Una portavoz de JPMorgan Chase, Patricia Wexler, indicó que la compañía lamentaba haberse asociado con Epstein “pero no lo ayudó a cometer sus actos atroces”.

“El gobierno tenía información condenatoria sobre sus crímenes y no la compartió con nosotros ni con otros bancos”, lamentó. La compañía acordó previamente pagar millones de dólares a las víctimas de Epstein, quienes la habían demandado, bajo el argumento de que el banco ignoró señales de alerta sobre actividad delictiva.

Clinton ha reconocido haber viajado en el jet privado de Epstein, pero ha dicho a través de un portavoz que no tenía conocimiento de los crímenes del difunto financiero. Tampoco ha sido acusado de conducta ilegal por parte de las víctimas de Epstein de las que se tiene conocimiento.

El subjefe de despacho de Clinton, Angel Ureña, publicó en X el viernes: “Estos correos electrónicos prueban que Bill Clinton no hizo nada y no sabía nada. El resto es ruido destinado a distraer de las pérdidas electorales, cierres (de gobierno) que resultaron contraproducentes y quién sabe qué más”.

Epstein se declaró culpable en Florida en 2008 de solicitar prostitución de una menor, pero evitó una larga condena de cárcel cuando el fiscal federal en Florida acordó no procesarlo por acusaciones de que les había pagado a muchos otros niños a cambio de actos sexuales. Después de cumplir aproximadamente un año en la cárcel y un programa de reinserción laboral, Epstein reanudó su vida empresarial y social hasta que fiscales federales en Nueva York reabrieron el caso en 2019. El multimillonario se suicidó mientras aguardaba ser enjuiciado por cargos de tráfico sexual.

Summers y Hoffman no tuvieron nada que ver con ninguno de los casos, pero ambos fueron amistosos con Epstein e intercambiaron correos electrónicos con él. Esos mensajes estaban entre los documentos publicados esta semana, junto con otra correspondencia que el magnate sostuvo con amigos y socios comerciales en los años previos a su muerte.

Nada en los mensajes dejaba entrever alguna conducta ilegal por parte de los hombres, aparte de tener trato con alguien que había sido acusado de delitos sexuales contra niños.

Summers, quien sirvió en el gabinete de Clinton y es ex presidente de la Universidad de Harvard, señaló previamente en un comunicado que tiene “grandes remordimientos en mi vida” y que “mi asociación con Jeffrey Epstein fue un gran error de juicio”.

En redes sociales el viernes por la noche, Hoffman pidió a Trump que diera a conocer todos los archivos de Epstein, diciendo que mostrarán que “las exhortaciones a efectuar investigaciones infundadas sobre mí no son más que persecución política y calumnias”. Y añadió: “Nunca fui cliente de Epstein y nunca tuve ningún compromiso con él aparte de recaudar fondos para el MIT”, refiriéndose al Instituto de Tecnología de Massachussets. Hoffman financió la demanda por abuso sexual y difamación de la escritora E. Jean Carroll contra Trump.

Después del arresto de Epstein por tráfico sexual en 2019, Hoffman indicó que sólo había tenido unas pocas interacciones con el magnate, todas relacionadas con su recaudación de fondos para el Media Lab del MIT. No obstante, se disculpó, diciendo que, “al aceptar participar en cualquier actividad de recaudación de fondos donde Epstein estaba presente, ayudé a reparar su reputación y perpetuar la injusticia”.

En su publicación, Bondi elogió a Clayton, llamándolo “uno de los fiscales más capaces y confiables del país”, y dijo que el Departamento de Justicia “atenderá esto con urgencia e integridad para entregar respuestas al pueblo estadounidense”.

Trump declaró que Clayton es “un gran hombre, un gran abogado”, aunque señaló que Bondi lo eligió para el trabajo.

Clayton, presidente de la Comisión de Bolsa y Valores durante el primer mandato de Trump, asumió en abril el puesto de fiscal federal para el Distrito Sur de Nueva York, la misma fiscalía que acusó a Epstein y obtuvo una declaración de culpabilidad por tráfico sexual contra la confidente de Epstein, Ghislaine Maxwell, en 2021.

Trump cambia de rumbo sobre los archivos de Epstein

Mientras hacía campaña el año pasado, Trump planteó que procuraría abrir los archivos del caso del gobierno sobre Epstein, pero en meses recientes decidió cambiar de rumbo, culpando a los demócratas y diciendo que el asunto es un “engaño”, en medio de interrogantes sobre qué podría haber sabido sobre la explotación de niñas menores de edad por parte de Epstein durante años.

Los demócratas en la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes publicaron el miércoles tres intercambios de correos electrónicos de Epstein que mencionaban a Trump, incluido uno de 2019 en el que Epstein decía que el presidente “sabía sobre las chicas” y le pedía a Maxwell que suspendiera sus actividades con ellas.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, acusó a los demócratas de haber “filtrado selectivamente correos electrónicos” para difamar a Trump.

Poco después, los republicanos en la comisión divulgaron un conjunto mucho más grande de correspondencia de Epstein por correo electrónico, incluidos mensajes que le envió a Steve Bannon, viejo aliado de Trump, y al ex príncipe británico Andrés, ahora conocido como Andrés Mountbatten-Windsor. Andrés llegó a un acuerdo —fuera de los tribunales— con una de las víctimas de Epstein con respecto a una demanda. Ella dijo que le habían pagado para tener relaciones sexuales con el príncipe.

La Cámara de Representantes se apresura a efectuar una votación la próxima semana para obligar al Departamento de Justicia a dar a conocer todos los archivos y comunicaciones relacionadas con Epstein.

“No me importa, los den a conocer o no”, manifestó Trump el viernes. “Si lo van a hacer, entonces tienen que investigar a los amigos de Epstein”, agregó, nombrando a Clinton y Hoffman.

Aun así, dijo: “Esto es un engaño de los demócratas. Y un par, unos pocos republicanos les han seguido el juego porque son débiles e ineficaces”.

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