Una comisión de la Cámara de Representantes hizo públicos el miércoles 23,000 documentos relacionados con Jefferey Epstein, muchos de ellos correos electrónicos que el delincuente sexual convicto envió a sus amigos ricos o influyentes, o a periodistas, a lo largo de muchos años.

Los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes publicaron inicialmente tres correos electrónicos en los que Epstein mencionaba al presidente Donald Trump. Los republicanos de la comisión respondieron revelando el mayor volumen de documentos y acusaron a los demócratas de seleccionar unos pocos mensajes fuera de contexto en un esfuerzo por hacer quedar mal a Trump.

Epstein estuvo cerca de un año en la cárcel tras declararse culpable en 2008 de solicitar la prostitución de un menor de 18 años, pero después reanudó sus relaciones con muchas personalidades influyentes del mundo empresarial, académico y político.

Epstein se suicidó en la cárcel en 2019, un mes después de su detención por cargos de tráfico sexual.

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Trump y Epstein fueron amigos durante años, pero en algún momento tuvieron un desencuentro, incluso antes de que las menores de edad empezaran a salir a la luz para acusar a Epstein de abusos sexuales.

En ocasiones, los periodistas se pusieron en contacto con Epstein, quizá con la esperanza de que pudiera revelar trapos sucios sobre Trump. Uno de esos escritores fue Michael Wolff, que ha escrito mucho sobre Trump. En un correo electrónico de 2019 a Wolff, Epstein mencionó que una de sus acusadoras más conocidas, Virginia Giuffre, había trabajado en el club Mar-a-Lago de Trump.

“Fue ella quien acusó al príncipe Andrés”, escribió Epstein.

Giuffre, que murió por suicidio a principios de este año, había dicho que Ghislaine Maxwell, compañera de Epstein durante mucho tiempo, la reclutó en Mar-a-Lago para dar masajes sexualizados a Epstein. Y Trump había afirmado durante mucho tiempo que prohibió a Epstein venir a Mar-a-Lago.

Epstein dijo en un correo electrónico a Wolff que Trump no le había pedido que renunciara al club, porque no había sido miembro.

“Por supuesto que sabía lo de las chicas, ya que pidió a ghislaine que parara”, añadió Epstein.

En julio, Trump dijo que había prohibido a Epstein la entrada a Mar-a-Lago porque su otrora amigo estaba “llevándose a gente que trabajaba para mí”, incluido Giuffre.

Antes de su muerte, Giuffre dijo que sólo había visto a Trump una vez y que él no estaba entre las personas que abusaron de ella. No creía que Trump supiera de la mala conducta de Epstein con chicas menores de edad.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que los demócratas habían filtrado correos electrónicos seleccionados para “crear una narrativa falsa para desprestigiar al presidente Trump.”

Menciones del Andrew Mountbatten-Windsor

En demandas y entrevistas, Giuffre acusó a Epstein y Maxwell de presionarla para que mantuviera encuentros sexuales con el ex Príncipe Andrés de Gran Bretaña, a partir de cuando ella tenía 17 años. Esas acusaciones acabaron costándole a Andrew -ahora conocido como Andrew Mountbatten-Windsor- sus títulos oficiales y su residencia real cerca del castillo de Windsor.

En 2011, Epstein envió un correo electrónico a un periodista y atacó la credibilidad de Giuffre.

“Sí estuvo en mi avión, y sí se hizo una foto con Andrew como han hecho muchos de mis empleados”, escribió Epstein, antes de argumentar que “esta chica es una mentirosa total”.

Epstein escribió que preguntaría si la “gente” del entonces Príncipe Andrés cooperaría con el periodista para un reportaje.

Mountbatten-Windsor siempre ha negado las acusaciones de Giuffre.

Ese mismo año, Epstein, cuya escritura prestaba poca atención a la gramática o la ortografía, también mencionó a Giuffre y Trump en un correo electrónico que Epstein envió a Maxwell.

“quiero que te des cuenta de que ese perro que no ha ladrado es trump.. virignia pasó horas en mi casa con él,, no se le ha mencionado ni una sola vez”, escribió Epstein.

“He estado pensando en ello”, respondió Maxwell.

En otros correos electrónicos, Epstein elaboraba estrategias para responder a las historias de Giuffre, entre las que se incluía el relato de un encuentro con el ex presidente Bill Clinton en la isla de Epstein en el Caribe.

“Presidentes cenando en las islas caribeñas. (Clinton nunca estuvo allí, fácil de confirmar). Compartiendo baño con un Príncipe ( bañera demasiado pequeña incluso para un adulto ). esclava sexual a la que se le pagaban miles de dólares. ( mientras exactamente al mismo tiempo, trabajaba como azafata en un bar de hamburguesas )”.

Clinton ha reconocido haber viajado en el jet privado de Epstein, pero ha dicho a través de un portavoz que no tenía conocimiento de los delitos de Epstein. Clinton no ha sido acusado de ningún delito por ninguna de las mujeres que afirman que Epstein abusó de ellas, incluida Giuffre.

Relación con la prensa

Muchos de los documentos eran intercambios de correos electrónicos entre Epstein y periodistas con los que mantenía relaciones desde hacía tiempo, o que solicitaban sus opiniones sobre los mercados financieros y Trump.

Se le pidió, normalmente de forma extraoficial, que opinara sobre todo, desde las relaciones del presidente con líderes extranjeros hasta el impacto de los precios del petróleo en las familias ricas de Arabia Saudí.

Epstein se ofreció en numerosas ocasiones como intermediario entre periodistas y poderosos. También refutó las acusaciones contra él.

En un correo electrónico de 2016 a un periodista, Epstein negó haber pasado tiempo con el expresidente Bill Clinton o el vicepresidente Al Gore en su isla.

“También puedes añadir, jugo político fresco afirmando que Clinton nunca estuvo en la isla”, escribió Epstein. “Nunca conocí a Al Gore. Tampoco hubo comensales en la isla, por muchos detalles que hayan salido en la prensa”.

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Esta historia fue traducida del inglés al español con una herramienta de inteligencia artificial y fue revisada por un editor antes de su publicación.