Quienes lo favorecen sostienen que es el mecanismo ideal para asignar dinero a comunidades e individuos invisibilizados por el gobierno. Sus detractores señalan que se prestan para clientelismo político.
Quienes lo favorecen sostienen que es el mecanismo ideal para asignar dinero a comunidades e individuos invisibilizados por el gobierno. Sus detractores señalan que se prestan para clientelismo político.
La creación de un fondo para que legisladores repartan dinero, lo que popularmente se conoce como un “barril de tocino”, ha reavivado el debate en la Legislatura sobre si realmente existe una necesidad o es prudente que tengan dinero disponible para asignar según identifican necesidades de la población o si se trata de una herramienta dirigida a ganar votos con dinero público.
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