La Legislatura Municipal de San Juan evalúa una serie de enmiendas al Código de Orden Público que darían “herramientas adicionales” a los policías municipales para hacer cumplir la política pública contra el ruido excesivo, informó este domingo, el alcalde de San Juan, Miguel Romero Lugo.

El ejecutivo municipal destacó que estas enmiendas “se prepararon” tras una reciente reunión que sostuvo con representantes de la Asociación de Vecinos del Viejo San Juan (AVISAJ).

“Van dirigidas a brindar unas herramientas adicionales a los policías, dentro de lo que es el debido proceso de ley, que tiene que haber una querella que el comerciante o el que se alega que está incumpliendo la ordenanza pues tiene un debido proceso, pero flexibilizando para que la actuación de la Policía pueda ser más certera y obviamente para que las multas, que no es un gran ingreso municipal, pero puede ser un gran disuasivo para algunos, pues tengan una mayor eficacia al imponerse”, explicó el alcalde, durante una conferencia de prensa para anunciar la remodelación del parque de Baldrich.

Actualmente, el Artículo 2.201 del Código de Orden Público dispone que, en aquellas instancias en que la querella sea presentada por un vecino, la Policía deberá acudir al lugar desde donde este alega percibir el ruido innecesario y, a través de un sonómetro, medir si el sonido está “por encima de los decibeles permitidos”.

También, Romero Lugo indicó que están vigilantes a algunos comerciantes que se han “aprovechado” de la disposición de desperdicios, pese a que el Viejo San Juan es “donde más basura se recoge en todo Puerto Rico”, pues se colecta seis veces al día.

“Como quiera, hay comerciantes, no todos, que abusan y sacan la basura cuando les da la gana, la tiran en la calle y a Dios que reparta suerte. A esos, con AVISAJ, desarrollamos unos procesos para vigilarlos, para multarlos bien multados y ha bajado un poco”, expuso.

El alcalde dijo que los vecinos también le pidieron la instalación de reductores de velocidad. Recientemente, se colocó uno en la calle Luna y se instalará otro en la calle Norzagaray, cerca de la entrada de La Perla, donde –después de la época festiva– esperan construir un paseo peatonal.

Asimismo aseguró que se ha reunido con los vecinos y que mantiene una línea abierta de diálogo tanto con él como con el comisionado de la Policía Municipal. Hasta hace unos meses, esta había sido una de las quejas principales de los vecinos de la zona histórica. Incluso, recientemente hubo una manifestación que denunciaba la “ausencia” del alcalde.

En días recientes, vecinos de Condado denunciaron en redes sociales la alegada sustitución de “árboles maduros” por unos exactamente iguales en la avenida Ashford, lo que levantó cuestionamientos sobre la necesidad de la inversión.

A preguntas de este medio, el alcalde Romero Lugo alegó que “no era correcto” y se describió a sí mismo como “enemigo de talar árboles”. Señaló que el municipio no puede unilateralmente cortar árboles, sino que requiere unos permisos que no expide la oficina municipal de permisos.

“Hay algunos árboles que sí se han tenido que remover, por ejemplo, cuando en un acera se convierten en una barrera para personas con diversidad funcional. Ese tipo de árboles, en ocasiones, buscamos que sean las mínimas, se busca cómo podemos mitigar la barrera arquitectónica que se haya desarrollado”, expuso.

Posteriormente, parte del equipo de desarrollo urbano y ornato del Municipio explicó que en Condado hay muchos “árboles huecos”, es decir, que están enfermos y tienen que removerse, lo que también sucede cuando la condición del árbol representa un riesgo a la ciudadanía. En tales casos, emplean la mitigación en la que, por cada árbol que se remueve, siembran cuatro.