“Llegaron, con melenas y en blue jeans. Llegaron con hash y kif. Llegaron con flautas y guitarras. Llegaron cogiendo pon en la carretera. Llegaron las chicas sin sostén, los chicos descamisados. Llegaron descalzos y portando flores en el cabello…”, relataba el autor Manuel Abreu Adorno en su cuento corto de 1978 “Llegaron los Hippies”, un testimonio de primera mano sobre el llamado “Woodstock boricua”: el Mar Y Sol International Pop Festival.
Aunque es recordado con nostalgia por unos y con desdén por otros, el festival, celebrado en una finca de 420 acres aledaña a la playa Los Tubos y a la Laguna Tortuguero, entre Vega Baja y Manatí, del 1 al 3 de abril de 1972, sin duda alguna se ha convertido en tema de leyendas.
El evento constituyó una importante plaza musical donde futuros gigantes de la música, como Billy Joel, darían sus primeros pasos a la fama. Sin embargo, el multitudinario concierto no dejó de estar plagado de contratiempos y escándalos.
El menú musical también tuvo como invitados a estrellas establecidas de la época, como el guitarrista de blues B.B. King; el flautista de jazz, Herbie Mann, Alice Cooper, Emerson, Lake and Palmer y Faces, con Rod Stewart, entre muchos otros.
“Como apertura del concierto tocó una banda de jazz local que se llamaba Rubber Band y otra que se llamaba Banda del K-rajo. Otro grupo local, pero que estuvo entre los invitados principales, fue el grupo de fusión Frank Ferrer y Puerto Rico 2010”, explicó Reniet Ramírez, conocedor del tema y administrador de la página marysolpopfestival.com.
El plato fuerte del fin de semana sacro, explicó Ramírez, era el cierre del evento por la entonces controvertible agrupación de heavy metal, Black Sabbath, donde fungía como vocalista el recientemente fenecido Ozzy Osbourne. Su intervención estaba pautada para el domingo. Sin embargo, quedaron varados en un hotel de San Juan ante la imposibilidad de acceder a la finca debido a la monumental congestión vehicular o de utilizar un helicóptero.
A pesar de que el productor del evento, Alex Cooley (quien había tenido gran éxito con festivales de este tipo en Atlanta y Texas), aseguraba a la prensa que el concerto atraería tantas personas como el legendario Woodstock tres años antes, lo cierto es que Mar y Sol apenas logró convocar a poco más de 35,000 personas. Aun así, una cantidad considerable de elementos de la contracultura que llegaban al pequeño y conservador poblado.
Luego del evento, los medios condenaron el festival como “un fracaso total” y un “caos”. Solamente un columnista del periódico The New York Times, Les Ledbetter, lo presentó desde una perspectiva más neutral en su columna publicada el 9 de abril.

“Miles de jóvenes de la costa este de Estados Unidos y de Puerto Rico acudieron hoy a una antigua granja lechera de 170 hectáreas a solo cinco kilómetros de este pequeño pueblo, uniéndose a los más de 5,000 que ya estaban allí para el Festival de Música Pop Mar y Sol, programado para este fin de semana”, escribió Ledbetter.
“Entre 25,000 y 40,000 se han instalado en viviendas improvisadas en el recinto del festival, según los agobiados recepcionistas a la entrada de la granja, ubicada junto a una extensa playa. Los caminos que conducían al lugar estaban llenos de autos y excursionistas, afirmando ser solo la vanguardia de más de 100,000 fanáticos del rock que asistirían a lo que desde hace tiempo anhelaban que fuera ‘Woodstock II’”, añade.
Interdicto para cancelarlo
“Llegué y me enteré de que dos personas se habían ahogado por meterse al mar drogados. Llegué y vi cómo unos chicos del pueblo les propinaban una golpiza a unos muchachos rubios… llegué y me contaron cómo habían apuñalado a una joven esa misma tarde”, continúa relatando Abreu Adorno.
En un primer intento, el evento había sido pautado para el fin de semana de Acción de Gracias de 1971. Para esa fecha ya habían confirmado artistas como Ike & Tina Turner, los Beach Boys, Stevie Wonder, Procol Harum, Ten Years After y John Mayall, entre otros. No obstante, la fecha fue pospuesta debido a problemas financieros.
Finalemente, Cooley establecería el fin de semana del sábado, 1, al lunes, 3 de abril de 1972, como la fecha oficial.
El fin de semana coincidía con el final de la Semana Santa de ese año —en una isla predominantemente católica. Ello produjo gran malestar en un amplio sector del país, especialmente luego de que se anunciara a Black Sabbath como cierre estelar; una agrupación británica con una exagerada reputación de satanistas.
Por otro lado, las autoridades del país veían el evento como una convocatoria para el consumo desmedido de drogas ilegales y de comportamiento delictivo entre los jóvenes.

“Tuve la oportunidad de entrevistar a Cooley antes que muriera y me dijo que ya había gastado tanto dinero en promoción que cambiar la fecha no era una opción, aunque llegó a pensarlo. Incluso a Black Sabbath se le había pagado por adelantado”, añadió Ramírez.
El miércoles antes del comienzo del evento, el juez José Rivera Barreras, del Tribunal de San Juan, emitió un interdicto para detener la celebración del concierto basado en supuestos informes de la Policía de Puerto Rico que señalaban que el evento promovería el consumo de estupefacientes.
No obstante, los abogados del Departamento de Justicia fallaron en presentarse en sala para defender su argumento.
No está claro si el juez Rivera Barreras levantó el recurso legal ante el abandono del caso por parte del gobierno o si fue debido al argumento de los abogados de Cooley, quienes hablaban de una presunta transacción de drogas hecha con un agente encubierto de la Policía, que había sido realizada por una persona ajena a los organizadores y de ninguna forma representaba los intereses de los promotores.
Locales escandalizados
“Llegaron y Moncho, el barbero, por vergüenza, cerró la barbería. Llegaron y Anita, la nena promiscua de Don Marcelo, desapareció de su casa”, continúa Abreu Adorno.
Niños, adultos y jóvenes veían llegar las hordas de “hippies” con una mezcla de asombro, preocupación y curiosidad. Especialmente mientras miraban ruborizados cómo estos jóvenes estadounidenses, sin aparente pudor, se bañaban desnudos al aire libre, en el área designada para las duchas.

Medios locales e internacionales demonizaron el evento luego de concluido, reportando cuantiosas pérdidas económicas, así como el reporte de cuatro muertes: tres por ahogamiento y una por asesinato, así como una agresión sexual contra una joven.
“Mar y Sol: Unhappy and Unsuccesful” leía uno de sus titulares de The New York Times. Según los medios, la celebración se tornó en un escenario tenso cuando presuntamente unos jóvenes locales atacaron a varias personas con machetes.
“De acuerdo con las entrevistas que he hecho y con los datos recopilados, el asesinato que se reportó aparentemente fue un muchacho del área oeste que, en el estupor de alguna droga, intentó asaltar a este otro joven de la isla de Santa Cruz, y lo mató”, explicó Ramírez.
A pesar de estos reportes oficiales sobre el evento, casi todos aquellos que acudieron describen el ambiente como uno de camaradería y de intercambio cultural donde la música fue la gran ganadora.
“Se fueron”
“Se fueron en grupos de cinco y seis, a veces más. Se fueron de mañana, de tarde y de noche … se fueron con melenas y blue jeans. Se fueron sin hash ni kif. Se fueron con flautas y guitarras. Se fueron cogiendo pon en la carretera… se fueron sin las palabras ‘Peace and Love’ en los labios...se fueron los hippies de Vega Baja”, concluye Abreu Adorno.
El festival, aunque programado para concluir el lunes, 3 de abril, se extendió hasta el día siguiente.
Durante la noche del domingo, Cooley huyó de la isla para evadir a las autoridades en Puerto Rico, que emitieron una orden de arresto en su contra por presunta evasión de impuestos.
El famoso mural que lee “este es el último festival pop intenacional, Cooley vete a casa”, sirvió como epitafio para, posiblemente, uno de los últimos eventos de esta índole que, sin éxito, intentó regresar al espíritu “hippie” de paz y amor que caracterizó el festival de Woodstock de 1969.
A pesar de un futil intento de revivir la gloria de Mar y Sol en 1984 con el evento “Remember Marisol”, en el estadio Hiram Bithorn, el festival original tiene un importante sitial en el panteón de los grandes festivales de rock al aire libre de la época.
