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Más de mil adultos mayores acuden a feria para conseguir empleo tras la jubilación: “Antes podía sobrevivir, pero ahora no”

Entre retos económicos y el deseo de sentirse productivos, los ciudadanos asistieron al evento en busca de un ingreso que complemente sus ya limitados recursos

4 de octubre de 2025 - 11:10 PM

Los asistentes se acercaron a las mesas de más de 50 empresas, que los orientaron y comenzaron el proceso de reclutamiento. (Pablo Martínez Rodríguez)

Damaris Figueroa ha solicitado, sin éxito, entre 15 y 20 empleos durante los pasados tres años. Hace apenas unos meses, cuando cumplió 63, logró comenzar a cotizar al Seguro Social, pero asegura que ese pago mensual no le alcanza para vivir.

Ha buscado ayuda en un sinnúmero de organizaciones y programas gubernamentales para ganarse el sustento. Entre frustración y esperanza, llegó este viernes al Coliseíto Pedrín Zorrilla, en San Juan, para una feria de empleos dirigida a personas de 55 años o más.

“Estoy buscando empleo. He trabajado en muchas áreas, pero, en Puerto Rico, tenemos el discrimen hacia la tercera edad. A mi tercera edad, llevo tres años buscando trabajo en Puerto Rico y se me ha hecho difícil”, expuso Figueroa, quien está deseosa de aportar desde su amplia experiencia. “Nos están inutilizando. Tengo 63 años y me siento productiva”.

A la particular feria de empleos, que organizó el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH), llegaron 1,012 adultos mayores en busca de un ingreso que complemente sus cheques de Seguro Social y, en ocasiones, sus pensiones.

La experiencia de discrimen no es aislada. Para 2024, el 83% de las personas de 50 años o más, encuestadas por la organización AARP Puerto Rico, indicaron haber sufrido algún tipo de discrimen laboral por edad. Mientras, hasta el 30 de septiembre, la unidad antidiscrimen del DTRH había recibido 46 querellas bajo la causalidad de edad.

“La gente mayor es participativa, quiere seguir aportando al país y quiere seguir siendo una parte crucial del desarrollo socioeconómico de Puerto Rico”, subrayó el director estatal de AARP, José Acarón, quien ejemplificó que una de las formas de edadismo en el empleo es descartar a adultos mayores de potenciales promociones.

En la actividad, los ciudadanos –algunos con bastones y andadores– hicieron pacientemente una fila para el registro y se acercaron a las mesas de más de 50 empresas, que orientaron y comenzaron el proceso de reclutamiento de personas adultas mayores. Entre los empleos que ofrecían, había oportunidades en educación preescolar, mantenimiento, restaurantes, seguridad, ventas, servicios al cliente, salud, supermercados y hasta construcción.

La secretaria del DTRH, María del Pilar Vélez Casanova, destacó que no fue un reto conseguir a las empresas participantes, pues reconoce que es latente la necesidad de ampliar la fuerza laboral.

“Ellos (patronos) han estado manifestando al Departamento la necesidad del recurso humano para sus compañías y la apertura a los adultos mayores, porque los adultos mayores tienen unas cualidades que, para ellos, son fundamentales, como el compromiso, la responsabilidad”, expresó.

Acarón coincidió en que hay empleadores que destacan la amabilidad y compromiso de los adultos mayores para empleos de, por ejemplo, servicio al cliente.

Según datos del DTRH, entre las personas de 55 a 64 años, hay 183,000 empleadas o que están disponibles para ser parte de la fuerza laboral, lo que representa una participación de 42.8%. Mientras, entre aquellos de 65 años en adelante, el número se reduce a 36,000, lo que se traduce a una tasa de participación de 4.7%.

Razones para buscar empleo

Las razones para que un adulto mayor recurra nuevamente al mercado laboral son diversas, pero suelen resumirse en tres principales, según AARP: sentirse nuevamente productivos, necesidades económicas y para tener acceso a un seguro médico.

Entre los participantes entrevistados por El Nuevo Día, la mayoría particularizaba en el asunto económico y cómo la inflación les ha hecho sal y agua sus ya limitados ingresos. Tal es el caso de una sanjuanera, de 78 años, quien lleva tres décadas jubilada de los tribunales y llegó hasta el Pedrín Zorrilla con el apoyo de su andador.

Wilfredo Carde, de 67 años, señaló que los gastos energéticos y las ganas de contribuir le llevaron a buscar un empleo tras su jubilación.
Wilfredo Carde, de 67 años, señaló que los gastos energéticos y las ganas de contribuir le llevaron a buscar un empleo tras su jubilación. (Pablo Martínez Rodríguez)

“Ya hace casi 30 años que me retiré, o sea, que mi pensión es bien poquita. Yo no llego a $2,000 mensuales. Antes podía sobrevivir, pero ahora no”, compartió la fémina, quien optó por no identificarse.

Asimismo, Wilfredo Carde, de 67 años, señaló que los gastos energéticos y las ganas de contribuir le llevaron a buscar un empleo tras su jubilación.

“Me retiré del Hospital de Veteranos y no estoy haciendo absolutamente nada y quisiera enfocarme algo para, además de contribuir, ganar ingresos”, detalló, al resaltar que uno de sus principales retos ha sido que le soliciten un resumé, porque “no sé cómo hacerlo a computadora”.

En tanto, Sandra Casado, de 57 años, fue despedida de su puesto en una agencia de gobierno, en la que era líder sindical, por un alegado discrimen político. Aunque está apelando su caso, su vista será en 2026, por lo que se ha visto obligada a buscar empleo, a un año de poder acogerse al retiro.

“Una persona como yo, que tenía mi vejez planificada, nos dan este cantazo, la economía sigue subiendo y el dinero no nos llega. Y entonces, ¿de qué vamos a vivir? Y más si tú te sientes bien, con fuerza para trabajar y aportar al país”, expresó.

Imperante mejorar planificación financiera

Acarón recordó, en tanto, que el Seguro Social se creó para que fuera el 35% del retiro, por lo que entiende que, de cara al envejecimiento de las ahora generaciones jóvenes, hay que reforzar la planificación financiera.

Sin embargo, los adultos mayores han enfrentado el escollo de tener que apoyar económicamente a sus hijos o nietos, lo que complejiza su situación financiera.

“Las encuestas dicen que 67% de la gente mayor apoya económicamente a un hijo o un nieto, o cuida a un ser querido mayor. O sea, que yo no me puedo preparar económicamente porque estoy apoyando otra generación”, explicó Acarón.

José Acarón, director estatal de AARP.
José Acarón, director estatal de AARP. (Pablo Martínez Rodríguez)

La secretaria del DTRH abundó que, al hacer el acercamiento a las empresas para participar de feria, ya eran conscientes de que debían tener disponibles plazas que no confligieran con los ingresos de los retirados.

“Los patronos tienen conocimiento de que, si están retirados y reciben una pensión o reciben Seguro Social, hay un tipo de empleo que va dirigido a esa población, porque no pueden cobrar más de lo que reciben de pensión o de Seguro Social”, detalló Vélez Casanova, quien afirmó que muchos de los empleos disponibles pagaban más del mínimo estatal de $10.50 por hora.

Argumentó, sin embargo, que las personas buscan reactivarse en la fuerza laboral porque desean aportar al desarrollo del país. Acarón consideró, por su parte, que la decisión de reinsertarse al trabajo debería ser una opción.

“Es según el deseo de la persona. Si la persona está retirada o se quiere retirar y no quiere trabajar, perfecto, ¡qué bueno que puede! Pero hay mucha otra gente que no puede y no quiere. Así es que cada cual tiene que tener el derecho según el deseo y necesidad de la persona”, puntualizó Acarón.

La ventaja de unir generaciones

El director estatal de AARP Puerto Rico entiende que la “fuerza de la fuerza laboral” está en la convergencia entre generaciones, pues una puede nutrir a la otra, en sus distintas capacidades y talentos.

“Esto no es una generación contra otra. La fuerza de la fuerza laboral, esta es la diversidad. La gente mayor tiene una experiencia, tiene un conocimiento que se complementa con las próximas generaciones y los más jóvenes, es importante tener ese vínculo”, sostuvo.

Sin embargo, dijo, es esencial la disposición tanto de empleados como de empleadores a readiestrar al personal para mantenerlo en sintonía con lo que se requiere en diversas empresas.

Esta es la primera feria de empleos que el DTRH realiza dirigida a adultos mayores.
Esta es la primera feria de empleos que el DTRH realiza dirigida a adultos mayores. (Pablo Martínez Rodríguez)

En esa línea, Vélez Casanova indicó que los patronos con los que ha conversado han mostrado apertura no solo a contratar adultos mayores, sino a asumir el readiestramiento del personal.

En la feria, también hubo presencia de universidades privadas y recintos de la Universidad de Puerto Rico, que promocionaron sus programas de educación continua y carreras cortas. Igualmente, hubo agencias de trabajo y empresas que ayudaron a los adultos mayores con su resumé.

Esta es la primera feria de empleos que el DTRH realiza dirigida a adultos mayores. En ese sentido, la secretaria dijo que darían seguimiento a los participantes –tanto patronos como potenciales empleados– para evaluar cualquier ajuste que deban hacer para futuras ediciones, que se llevarán a otras regiones.

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