6 de septiembre de 2025 - 5:52 PM
Patillas - La presencia del público era escasa este sábado en el litoral del sureste boricua. En las apaciguadas aguas turquesas, solo flotaban algunas yolas con pescadores y uno que otro velero. El escenario era supremamente distinto a las aglomeraciones de curiosos que, como si fuera una atracción turística, presenciaron el viernes el despliegue de naves de la Marina de Estados Unidos, que transformaron la playa en un campo de operaciones militares.
Pese a que ya no había rastros de la presencia militar en la zona, vecinos de Humacao, Patillas y Arroyo permanecen alertas a las implicaciones –positivas y negativas– que pueda tener el despliegue de las fuerzas armadas estadounidenses en el Caribe.
Hasta la playa Las Pocitas, en Patillas, llegó Abel Morales Hernández, vecino de Humacao, como parte de un paseo por la costa acompañado de Antonia Ponce Díaz. Desde su hogar, han visto helicópteros militares provenientes de la antigua base Roosevelt Roads, en Ceiba, cuyo aeropuerto es utilizado, desde finales de agosto, para prácticas militares.
Aunque su intención era ver la playa, los adultos mayores guardaban la esperanza de divisar en el mar los barcos y equipos anfibios de la Marina, como otros lugareños el viernes.
“Hay mucha gente que le gusta y que le gustaría que volviera a reabrir Roosevelt Roads. Por una parte, les conviene a ellos, a los negociantes y los comerciantes. Pero, viendo la experiencia que hubo en el pasado, creo que no nos conviene”, opinó Morales Hernández.
A su vez, reconoció que, por el status político de Puerto Rico, “ellos (gobierno federal) pueden disponer de los terrenos. Si quieren, pueden reabrirla y no tienen que buscar la opinión de nosotros”.
En la misma playa, estaba un residente en Patillas, quien se identificó como Frank. Desde su teléfono, mostró a El Nuevo Día imágenes que capturó el viernes, desde el mismo lugar, donde se avistaron tres buques de la Marina.
El jubilado indicó que las prácticas militares pueden ser un “disuasivo” para el narcotráfico que, sostuvo, utiliza las costas de Arroyo y Maunabo para descargar droga en Puerto Rico.
“Esto es otro instrumento más que ayuda a la tranquilidad de los ciudadanos y de toda esta área... Los países que no tienen seguridad son más fáciles de atacar”, dijo Frank, quien también validó que otras personas sienten incomodidad con la presencia militar, sobre todo, por la experiencia de Vieques.
Precisamente, esta fue una de las razones que proveyó el alcalde de Arroyo, Eric Bachier, para dar la bienvenida de las prácticas militares en las costas de su pueblo.
“Este tipo de ejercicios no solo reconocen la ubicación estratégica de Arroyo, sino que también reafirman el compromiso y la relación histórica que tenemos con las fuerzas armadas. Para nosotros, como comunidad, es motivo de orgullo y respeto”, indicó Bachier.
Sobre la “ubicación estratégica”, Iván González, vecino de Arroyo, está convencido de que las maniobras que se han realizado en Puerto Rico son el ensayo para un potencial desembarque en Venezuela.
“Lo que están haciendo es entrar a las playas aquí, simulando desembarques, en la práctica, pero lo que están es practicando cómo entrar a Venezuela”, consideró.
Bachier indicó, no obstante, que los ejercicios son rutinarios y no guardan relación con la actual tensión entre Estados Unidos y Venezuela, escalada tras el ataque a un barco presuntamente vinculado al Tren de Aragua, una organización transnacional con un amplio portafolio delictivo.
Según los informes del gobierno federal, 11 personas vinculadas a la red criminal murieron en el ataque contra la embarcación, en el sur del Caribe.
El Nuevo Día cuestionó si el Municipio de Arroyo expidió algún permiso ambiental para realizar las prácticas en la playa, a lo que Bachier respondió que, en la reunión donde se les informó del acontecimiento, había personal del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).
“Lo que se discutió allí era que habría presencia de todos ellos para que no se cometiera ningún error o, si ocurría algún accidente, poder atenderlo de manera inmediata. Ahí, había un biólogo de Recursos Naturales y el subsecretario”, indicó.
Al ser increpado al respecto, el comisionado de Navegación del DRNA, Luis Márquez, no respondió si la agencia ha recibido consulta federal para las prácticas militares en ciertas zonas de la isla, y refirió las preguntas al Departamento de Seguridad Pública.
Mientras, al tiempo que el Senado aprobó una resolución en la que se expresa –“en nombre del pueblo puertorriqueño”– el respaldo a las acciones del gobierno federal respecto al narcotráfico y el régimen venezolano, el colectivo Madres Contra la Guerra convocó una manifestación contra la remilitarización del archipiélago, que se llevará a cabo este domingo, a las 4:00 p.m., frente a la base Muñiz, en Carolina.
Yaritza Rivera Clemente y Adriana Díaz Tirado colaboraron en esta historia.
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