Hace nueve años, María Reyes Reyes, de 80, regresó a Puerto Rico a vivir cerca de sus hermanos, de 71 y 69, pero lejos de sus dos hijos, con quienes habla casi a diario, a pesar de la distancia porque viven en Nueva York.

“Vivo solita, pero tengo hermanos cerca en las próximas calles. Antes, viajaba para allá (Nueva York), pero ya no me gusta viajar mucho... Pero (mis hijos) me llaman casi todos los días. Me gustan mucho las navidades. A veces, me da un poco de tristeza de que no están conmigo”, compartió la residente en Canóvanas, en entrevista telefónica.

Reyes Reyes fue una de miles de personas adultas mayores impactadas este viernes por la jornada “Abraza la isla” de la Fundación Triple-S, que, en coordinación con entidades comunitarias, activó 1,000 voluntarios para visitar, a la vez, 78 hogares o centros de ancianos en el archipiélago (uno por municipio).

“Pertenezco al centro de Canóvanas, aprendemos mucho, nos sacan a pasear, a hacer ejercicio, a bailar... Donde vivo, mis vecinos son buenísimos conmigo, me ayudan mucho, me dan de todo”, contó Reyes Reyes, al destacar el trato que quisiera que recibieran otros adultos mayores que están solos en el país y no tienen quién les acompañe en esta temporada de celebración.

En el Centro Comunal Rubén Sánchez Brisas de Canóvanas, comentó, hay participantes que están “bien malitos”, que “casi no pueden caminar o la memoria les falla”.

Lydia Figueroa, directora ejecutiva de Fundación Triple-S, indicó, por su parte, que “Abraza la isla” inició el año pasado, cuando la aseguradora celebró su 65 aniversario. Este año, duplicaron el reclutamiento de empleados y llegaron hasta los 78 pueblos.

En el Día Internacional de los Voluntarios, los trabajadores de la empresa estuvieron en centros de hogares, diurnos y comunales, llevando música, regalos, comida navideña y actividades cognitivas. Colaboraron también en la logística entidades aliadas y los ayuntamientos para llegar a todo el archipiélago.

“Es increíble cómo el adulto mayor nos dice: ‘Gracias por pensar en nosotros. No bailaba hace tiempo. No salía hace tiempo y, por esta actividad, salí’”, contó Figueroa sobre los mensajes que se llevan de las personas de edad avanzada.

Un reciente estudio de la Fundación Triple-S reveló que, en Puerto Rico, uno de cada tres adultos “se sienten solos”, lo que está vinculado a condiciones crónicas, como hipertensión, diabetes, Alzheimer o enfermedades cardíacas.

La prevalencia de soledad es más frecuente en mujeres (24%) que en hombres (21%). Además, la soledad es casi el doble de frecuente en personas con ingresos bajos en comparación con quienes reportaron ingresos más altos.

El estudio también identificó que uno de cada cinco adultos sufre de aislamiento social, lo cual es similar entre hombres y mujeres, pero las personas con ingresos bajos tienen casi cuatro veces más riesgos de enfrentarlo.

“Hay que trabajar el tema de la soledad porque está bien vinculado a la salud, y eso nos mueve cada día más. Aprovechamos que estamos en las navidades para tener todo un alineamiento de servicios. Triple-S ha parado todo su trabajo intenso para dar este abrazo a la isla”, abundó Figueroa.

En tanto, Ilia Rodríguez, principal oficial de talento y administrativo de Triple-S, enfatizó que el voluntariado permite que su equipo empatice con las condiciones de aislamiento y soledad que viven los adultos mayores, principal población que atiende la aseguradora.

“No hay que motivarlos mucho, sino que es parte natural de nuestra organización y conecta con nuestro propósito de habilitar vidas saludables. Esta actividad ayuda a que empleados abran su perspectiva sobre una realidad en Puerto Rico que, a lo mejor, en sus alrededores no ven; los conecta. Esa empatía y sensibilidad se potencia”, comentó, tras bailar con varias participantes en el centro de Canóvanas.

Incluso, resaltó el impacto en esos empleados que atienden asegurados por teléfono o cuando llegan a un centro de servicio, porque pueden lograr un mayor entendimiento o conexión de las realidades que vive esta población.