Ciudad del Vaticano - “Uno se acostumbra”.

Esa fue la respuesta del Papa León XIV cuando el Rey Carlos III le preguntó por la multitud de cámaras de televisión que documentaban su histórica visita al Vaticano el mes pasado.

Carlos no es ajeno a los paparazzi, así que León no le dijo al monarca nada que no supiera ya. Pero el comentario de León parecía confirmar lo que los observadores del Vaticano han notado recientemente: que León se ha acostumbrado a ser Papa y está encontrando su equilibrio a los seis meses de asumir el cargo.

Tras su sorprendente elección en mayo y su curva de aprendizaje durante el verano, las prioridades clave de León se están perfilando, especialmente en los puntos en los que encaja con su predecesor, el papa Francisco, y en los que diverge.

A punto de cumplirse los seis meses de su pontificado el 8 de noviembre, he aquí un resumen de lo que hemos aprendido sobre el primer Papa estadounidense, su estilo, su sustancia y hacia dónde podría llevar a la Iglesia Católica.

Continuidad con Francisco en temas clave de justicia social

León se mostró en perfecta sintonía con Francisco cuando publicó su primer documento magisterial importante el mes pasado, sobre la innegociable “opción preferencial por los pobres” de la Iglesia. Francisco empezó a escribir el texto antes de morir; León lo retomó y lo hizo suyo.

En él, León criticaba cómo los ricos viven en una “burbuja de comodidad y lujo” mientras los pobres sufren en los márgenes. Instó a renovar el compromiso de solucionar las causas estructurales de la pobreza.

León también ha abrazado el legado ecológico de Francisco, presidiendo la primera misa con una nueva fórmula de oración “por el cuidado de la creación.” Ha dado el visto bueno al ambicioso plan de Francisco de convertir una propiedad vaticana al norte de Roma en una enorme granja solar que podría convertir a la Ciudad del Vaticano en el primer Estado neutro en carbono del mundo.

Tal vez en ningún lugar fue León más parecido a Francisco que el 23 de octubre, cuando se reunió en el Vaticano con grupos indígenas y representantes de movimientos populares que habían sido defendidos por el jesuita argentino.

Francisco ha dado prioridad a las personas que viven en los márgenes, y ha exhortado a la Iglesia a acompañarlas en su demanda de las necesidades humanas básicas de “tierra, techo, trabajo”.

León repitió el mantra de Francisco durante su audiencia y le dio su propio giro, señalando que su tocayo, el papa León XIII, abordó la cuestión de los derechos de los trabajadores en los albores de la Revolución Industrial.

“Haciéndome eco de las palabras de Francisco, digo hoy: la tierra, la vivienda y el trabajo son derechos sagrados. Merece la pena luchar por ellos, y me gustaría que me oyerais decir: “¡Estoy aquí, estoy con vosotros!””. dijo León.

El cardenal Michael Czerny, uno de los principales asesores de ambos papas, dijo que León está en perfecta continuidad con Francisco, implementando procesos que Francisco puso en marcha.

“La transición de un Santo Padre a otro no es principalmente una transición de políticas”, dijo Czerny en una entrevista. Aunque un cambio de gobierno de un partido a otro puede señalar una ruptura, “aquí sería un error buscar eso”.

“Las diferencias estilísticas están en la persona, no en la enseñanza”, dijo.

La luna de miel de León con los conservadores continúa

En cuanto al estilo, ahora está claro que León se conforma con ser papa a la antigua usanza, vistiendo la capa roja mozzetta y la estola bordada en todas las ocasiones, excepto en las más mundanas.

Se ciñe al guión de los textos que prepara, muestra disciplina en su observancia de la liturgia y no improvisa bromas como hace a veces Francisco.

Esto le ha granjeado la simpatía de muchos de los conservadores católicos a los que les irritaba la informalidad de Francisco. A pesar de que León se hace eco de muchos de los puntos de la predicación de Francisco sobre la justicia social exigida por el Evangelio, su estilo y sus gestos les han conquistado hasta ahora.

“Lo que oigo y percibo es una verdadera alegría por la madurez, la disciplina y la tradición que aporta al papado”, dijo Patrick Reilly, fundador y director de la conservadora Sociedad Cardenal Newman, que clasifica las universidades católicas de Estados Unidos en función de su doctrina tradicional.

“No conozco a nadie que tenga alguna preocupación o esté perturbado o algo parecido a lo que vimos” con Francisco, dijo.

La misa en latín vuelve a San Pedro

Muchos atribuyen a León el haber permitido que se celebrara una misa tradicional en latín en el altar del fondo de la Basílica de San Pedro, presidida nada menos que por el mascarón de proa de la derecha católica estadounidense, el cardenal Raymond Burke.

En 2021, Francisco tomó medidas enérgicas contra la difusión de la antigua liturgia, alegando que se había convertido en una fuente de división en las diócesis. La represión alimentó la oposición conservadora y tradicionalista a Francisco, lo que llevó a un nuevo punto muerto en las antiguas guerras litúrgicas.

Pero León se ha mostrado dispuesto a dialogar con los tradicionalistas, lo que sugiere que es posible una distensión.

“Amamos a nuestro papa, rezamos por él”, dijo Christina Tignot, que asistió a la misa en latín durante la peregrinación anual de los tradicionalistas. La acompañaban su marido y su hija, educada en casa, que se unió a su madre llevando un velo de encaje sobre la cabeza.

Disposición a trazar un nuevo camino

A pesar de su continuidad con Francisco, León ha trazado su propio camino e incluso ha corregido a Francisco cuando ha sido necesario.

En un caso de marcha atrás, León derogó una ley de 2022 promulgada por Francisco que concentraba el poder financiero en el banco vaticano. León promulgó su propia ley que permitía al comité de inversiones de la Santa Sede utilizar otros bancos, fuera del Vaticano, si tenía más sentido desde el punto de vista financiero.

León también se ha reunido con un grupo de activistas supervivientes de abusos sexuales por parte del clero, que le prometieron entablar un diálogo mientras presionan al Vaticano para que adopte una política de tolerancia cero con los abusos en todo el mundo. Francisco se ha reunido regularmente con supervivientes de abusos, pero ha mantenido alejados a los grupos de defensa y activistas.

Una nueva rutina provoca un comentario sobre el aborto

A los seis meses, la rutina personal de León también muestra una ruptura con la del hogareño adicto al trabajo Francisco.

León se ha acostumbrado a pasar los lunes por la tarde y los martes en la casa de campo papal de Castel Gandolfo, donde puede tomarse tiempo libre y jugar un partido de tenis en la pista de la finca. (Juega con su secretaria).

Para regocijo de los medios de comunicación, León ha accedido a responder a algunas preguntas cada martes por la tarde, a la salida, de un grupo de periodistas reunidos en el exterior, y a opinar sobre todo tipo de temas, desde el alto el fuego en Gaza hasta las redadas de las fuerzas de inmigración en Chicago, su ciudad natal.

Sus tímidas respuestas iniciales llamaron la atención. Dieron lugar a una mordaz parodia televisiva del escritor satírico italiano Maurizio Crozza, quien sugirió que el nombre de “León” quizá no encajaba con el de un Papa que parecía temer su propia sombra.

Pero con el paso del tiempo, León parece estar entrando en su salsa. Provocó una breve pero aparentemente temporal alarma en los círculos conservadores cuando, durante una reciente sesión de preguntas y respuestas de los martes por la noche, intervino en el debate sobre el aborto en Estados Unidos desafiando a quienes se oponen a él sobre lo que significa realmente estar a favor de la vida.

En un ambiente más formal, también hizo gala de cierto descaro cuando la Reina Rania de Jordania le preguntó si era realmente seguro viajar al Líbano. León tiene previsto visitar Líbano y Turquía en su primer viaje al extranjero a finales de mes.

Posaban para una foto formal en la biblioteca de León tras una audiencia oficial de Estado. La pregunta de Rania fue captada por el micrófono de la cámara vaticana, al igual que la respuesta de León.

“Bueno, nos vamos”, dijo León con naturalidad, mientras sonreía para las cámaras.