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Aunque previsible por la llegada de un nuevo presidente al Partido Popular Democrático (PPD), la petición de paralizar el trámite legislativo del proyecto de enmiendas al Código Electoral 2020 no debe utilizarse como excusa para dejar a un lado la discusión y entrar a unas elecciones generales con un estatuto que confrontó escollos durante su implantación, opinaron el miércoles líderes activos y retirados de la política.
“Creo que se debe hacer el mayor esfuerzo para buscar ese consenso, en el lapso de tiempo más breve, para que se produzca ese clima de confianza, que haya la certeza de que el próximo ejercicio electoral va a ser justo para todos y que se va a proteger la integridad del voto”, sostuvo el exsenador del Partido Nuevo Progresista (PNP) Orlando Parga.
El martes, el presidente electo del PPD, Jesús Manuel Ortiz, solicitó a los presidentes legislativos que detuvieran la discusión de las enmiendas que se han alcanzado para el Código Electoral 2020, para tener la posibilidad de discutirlas con el grupo de trabajo que lo asesorará en el tema.
Al momento, los cambios han sido cuestionados por las demás colectividades representadas en la Asamblea Legislativa. El liderato del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) y de Proyecto Dignidad, así como legisladores independientes, han denunciado que agravan el estado de derecho electoral y socavan el principio histórico de balance electoral, entre otros argumentos.
“Creo que estamos a tiempo. Ojalá hubiera sido antes, pero el Código vigente demostró tener grandes lagunas que hay que atender y, por eso, es que creo que, aun cuando el período de radicación de candidaturas está cerca, se debe continuar la conversación y buscar un código que le sirva al pueblo, que le dé la oportunidad a la mayor cantidad de personas para votar”, dijo, por su parte, la exsenadora Zoé Laboy, también del PNP.
La posición institucional del PPD, posterior al proceso eleccionario de 2020, era derogar el estatuto. Pero, una vez asumieron la dirección de ambas cámaras legislativas y ante la realidad de un gobierno compartido, las movidas han estado dirigidas a enmendarlo, un proceso que, en un inicio, estuvo abierto a las cinco delegaciones representadas, las cuales quedaron fuera de la discusión posteriormente.
“Diría que los esfuerzos fueron mínimos, se realizaron unas vistas públicas, compartimos unas posturas y sugerencias de enmiendas que no fueron acogidas, pero hasta ahí llegó. Lo que puedo pensar es que realmente, y es lo que espero que cambie, se estuvo trabajando con unas enmiendas que buscaban beneficiar solamente a dos partidos, el PPD y el PNP, al margen de los reclamos de los demás partidos”, expuso la portavoz de Proyecto Dignidad en el Senado, Joanne Rodríguez Veve.
Entre los reclamos que tanto Proyecto Dignidad como las demás minorías han hecho, están la ausencia de balance electoral y la flexibilización de las normas del voto adelantado y del voto ausente. “Creo que, por lo menos, los partidos emergentes, junto a otras delegaciones, hemos sido claros que, independientemente de las diferencias que podemos tener en otros temas sociales, creemos en la protección del proceso electoral”, dijo Rodríguez Veve.
El presidente del Senado y líder saliente del PPD, José Luis Dalmau, ha hablado de la posibilidad de “comenzar de cero”, mientras su homólogo en la Cámara de Representantes, Rafael “Tatito” Hernández, ha dicho que respetará la determinación de Ortiz, aun cuando esta sea no atender el tema y que se quede “el código electoral del PNP”.
Ortiz, de otra parte, no ha descartado llegar al nuevo proceso eleccionario con el estado de derecho vigente, si las enmiendas que se logren en consenso no atienden los problemas principales con la “legitimidad del voto”.
El miércoles, sin embargo, Ortiz le cursó una carta al gobernador Pedro Pierluisi solicitándole que cite “lo antes posible” a los presidentes de las colectividades representadas en la CEE, en vías de “alcanzar áreas de entendimiento que, a través de enmiendas al Código actual, permitan estabilidad y confianza en el proceso más importante de la democracia puertorriqueña, el proceso electoral”.
“Los puertorriqueños y puertorriqueñas no merecemos exponernos a otra insatisfacción colectiva en los eventos del próximo año por desconfianza en su sistema electoral”, señaló Ortiz en la misiva.
Pierluisi advirtió, en unas expresiones previas al envío de la carta, que, si el liderato del PPD opta por no dar paso a las enmiendas al Código Electoral, “la pérdida es de ellos”. “Lo que pienso es que tarde o temprano tienen dos opciones. Es tan sencillo como eso. O enmiendan el Código para mejorarlo en las áreas en que hay consenso o viven con el Código como está”, dijo el primer ejecutivo.
Sostuvo que la Palma no tiene problemas en regresar a las urnas utilizando el ordenamiento electoral vigente, y le hizo un llamado a los populares en la Asamblea Legislativa a retomar el asunto porque hay “mejoras positivas”. Entre estas, dijo, están el cambio de fecha para el período de radicación de candidaturas y limitar la cantidad de precintos en los que puede sumar votos un candidato legislativo por acumulación.
El portavoz del PIP en la Cámara de Representantes, Denis Márquez, ha dicho que el fracaso del proceso es resultado de la alianza que hicieron el PNP y el PPD para, entre ellos, controlar la CEE.
En el caso del MVC, su portavoz en la Cámara, José Bernardo Márquez, ha señalado que la división en el PPD sobre qué hacer con el Código Electoral ha imposibilitado el diálogo y los acuerdos, “tanto con quienes proponemos cambios reales como con quienes prefieren cambios cosméticos, como el PNP”.
El proceso no es perfecto
Ante las críticas de los grupos emergentes de que han sido excluidos, el abogado y exlegislador del PPD Eudaldo Báez Galib coincidió en que, “en términos teóricos”, lo mejor para la democracia es hacer del proceso legislativo uno participativo a todas las vertientes representadas. Pero, en la práctica, dijo, “tienes unos partidos políticos (PNP y PPD) que están en modo de supervivencia” y que, por lo tanto, van a buscar acomodar las circunstancias a su favor.
La participación electoral, explicó, se ha reducido en doble dígito, lo que, a su vez, ha provocado una merma en el número de personas que votan por el PNP y el PPD. “Esos números les hablan a los partidos y le dicen al PNP y al PPD: ‘Miren, ajusten toda esta cosa para que puedan sobrevivir’. Suena doloroso, soez, pero la política aquí y en cualquier parte del mundo es así”, señaló Báez Galib.
Sostuvo que las demás representaciones políticas, al igual que el PNP y el PPD, están buscando cómo ganar votos, pero, en su caso, con el desarrollo de alianzas. “Protestan que no pueden entrar a analizar el voto, porque quieren entrar a asegurarse que ellos puedan tener una buena posibilidad del disfrute de la urna”, dijo.
El exlegislador opinó que lo favorable hubiese sido “una revisión total” del Código, pero, de no ser posible, señaló que la mirada de los partidos tiene que estar puesta en los electores y en cómo se les facilita ejercer su derecho. “Esos elementos son los que primero se tienen que mirar cuando legislas electoralmente, y ahí es cuando entran en juego las cuestiones en derecho, como las alianzas y las candidaturas coaligadas... esa es la esencia de la democracia”, puntualizó.
Parga destacó, por su parte, que, en todo proceso electoral, es fundamental que los partidos minoritarios no se sientan abusados y que el pueblo esté confiado en que existe un entramado legal que protege la integridad del voto.
“La responsabilidad que comparten los dos partidos mayoritarios (PNP y PPD) es bien grande, porque vivimos en un clima en donde el pueblo, la mayoría de la gente, mira con suspicacia al liderato político y está ya estigmatizado que todo el proceso político es corrupto y que no se puede confiar y eso es malísimo, eso degrada nuestra democracia”, subrayó Parga.