La representación legal de Elvia Cabrera Rivera, acusada por el asesinato de la adolescente Gabriela Nicole Pratts Rosario, solicitó la desestimación de los cargos en su contra “por ausencia total de prueba” y “por presunta violación al debido proceso de ley constitucional”.

En la moción de 23 páginas radicada por la licenciada Mayra López Mulero se solicitó, entre otras cosas, la desestimación de las acusaciones de conformidad con la Regla 64(p) de Procedimiento Criminal por “la ausencia total de pruebas”.

Desde el 19 de agosto, Cabrera Rivera enfrenta, junto a su hija Anthonieska Avilés Cabrera, de 18 años, dos cargos por asesinato en primer grado y violaciones a la Ley de Armas por el incidente violento registrado el 11 de agosto en el desvío Roberto Colón, intersección con la carretera PR-14, cerca del casco urbano de Aibonito.

“Entiende, la señora Elvia Cabrera Rivera, que (en) la vista preliminar celebrada hubo ausencia total de prueba en cuanto al delito de asesinato en primer grado, específicamente, ausencia total de prueba del Ministerio Público sobre los elementos del delito de intención, propósito, con conocimiento, y en “concierto y común acuerdo” y más aún ausencia total de prueba sobre la utilización de un arma blanca por parte de la señora Elvia Cabrera Rivera para ocasionarle múltiples heridas a Gabriela Nicole Pratts Rosario en varias partes del cuerpo y que en efecto le ocasionó la muerte", resaltó López Mulero en el escrito al que El Nuevo Día tuvo acceso.

A tales fines, la defensa de la acusada solicitó la desestimación de las acusaciones presentadas “por no haberse determinado causa probable en su contra con arreglo a la ley y al derecho”. Además, se invitó al Tribunal a hacer un “análisis sosegado de la regrabación de la vista preliminar celebrada”.

La vista preliminar se celebró los días 17, 21 y 23 de octubre de 2025, ante la jueza Marielem Padilla Cotto, del Tribunal de Aibonito.

En total, la Fiscalía presentó cuatro testigos: el agente Jorge H. Torres Torres, técnico de escenas del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Aibonito; una menor identificada por las siglas M.A.R, de 17 años, hermanastra de Avilés Cabrera; Betzaida Caratini; y el patólogo forense Javier Gustavo Serrano.

“En primer lugar... para que exista asesinato en primer grado en la modalidad imputada a Elvia, el Ministerio Público tenía que presentar, en la vista preliminar, alguna prueba admisible de que ella, no otra persona, actuó “a propósito” (objetivo consciente de causar la muerte) o “con conocimiento” (consciente de que la muerte era consecuencia prácticamente segura de su conducta) respecto a Gabriela Nicole Pratts Rosario", indicaron los abogados de la acusada en la moción.

Añadieron que, de la totalidad de la prueba testimonial vertida en la vista preliminar, así como de los documentos presentados, surge que la determinación de causa se basó esencialmente en la inferencia de que alegadamente la acusada “mete la mano dentro de la cartera y está rebuscando, encuentra algo para la mano. Empuña la mano y saca” y se lo entrega a su hija, y que ese objeto habría sido el utilizado por su hija para causar la herida mortal”.

“Sin embargo, no existe ni una scintilla de evidencia, ni prueba alguna concreta directa o circunstancial (testimonio específico, detalle circunstancial o evidencia pericial) que demuestre que la intención subjetiva de Elvia al supuestamente entregar ese objeto era que se diera muerte a Gabriela Nicole Pratts Rosario, o que ella supiera que la muerte era consecuencia prácticamente segura de tal acto”, agregaron en el documento en poder de este medio.

Asimismo, los licenciados establecieron que, en la vista preliminar celebrada, el Ministerio Público descansó únicamente en los testimonios de la menor y Caratini Ortiz para intentar imputar a su representada una participación subjetivamente dolosa e intencional. Sin embargo, dijeron, “ambos testigos fueron altamente impugnados, por consumo significativo de alcohol y por importantes contradicciones en sus relatos sobre la dinámica de la agresión, la posición de la víctima (de pie vs. en el piso), y el rol de Elvia”.

Para la defensa, aun tomando su testimonio “en la luz más favorable al Ministerio Público”, lo máximo que se pretende establecer es que se observó a la acusada cercana a la escena y, según una sola testigo, Caratini Ortiz, manejando un objeto que se “describe” como “algo negro y plateado” que fue entregado a su hija de determinada manera.

“Eso es todo. No se adujo prueba alguna de que Elvia hubiese manifestado amenaza, incitación directa (“¡mátala!”, “¡púyala!”), planificación previa, distribución de roles, vigilancia, encubrimiento, comentarios sobre “vamos a acabar con ella” o cualquier otra expresión o actos, antes, durante y después del suceso, inequívocamente dirigidos a la producción de la muerte de Gabriela Nicole Pratts Rosario”, plantearon los abogados.

En base a los argumentos de la defensa, los testimonios no describen a la acusada infligiéndole heridas a la víctima.

“Incluso, del testimonio vertido por la testigo (menor de edad) surge que Elvia intentó separarla durante la pelea y le manifestó: “Y Elvia me hala por el brazo y me dice: estate tranquila que tú tienes la razón”. Esas expresiones excluyen el elemento de “intencionalidad”, “conocimiento” y “a propósito” que se le pretende atribuir a Elvia, sin que exista ningún elemento fáctico en la prueba presentada en la vista preliminar. Es evidente que Elvia hizo actos afirmativos para detener las acciones violentas que se llevaron a cabo ante su presencia por diversas personas", mencionó.

Así las cosas, mencionaron, que respecto al delito de asesinato en primer grado imputado, la vista preliminar carece por completo de prueba sobre un elemento estructural del tipo penal: su mente culpable “a propósito” o “con conocimiento” en relación con la muerte de Gabriela Nicole Pratts Rosario.

“Esa laguna y ausencia absoluta no es un problema de pesoo credibilidad; es un problema jurídico de suficiencia mínima que ubica este caso dentro del primer supuesto de la Regla 64(p) de Procedimiento Criminal: ausencia total de prueba sobre la existencia de causa probable para creer que la imputada cometió el delito de asesinato en primer grado por el cual es procesada”, argumentaron los abogados.

Añadieron que la prueba de la vista no establece, ni directa ni circunstancialmente de forma razonable, que haya existido un concierto y común acuerdo entre su representada y su hija para matar a la menor.

“Lo que hay es una construcción argumentativa del Ministerio Público a partir de un solo detalle aislado del testimonio de una testigo impugnada. Esa insuficiencia, nuevamente, no setrata de credibilidad, sino de ausencia total de prueba sobre un elemento esencial de la forma de autoría imputada (coautoría por designio común)”, mencionaron en la moción.

De acuerdo a la defensa de la acusada, la Fiscalía no presentó prueba de que alguien hubiera visto a su representada empuñar, exhibir, usar o amenazar con arma blanca alguna contra la víctima, contra otro testigo o en el contexto del incidente.

“La única pieza en la que el Ministerio Público se apoya es la aseveración de la única testigo, Betzaida Caratini Ortiz, que observó a Elvia sacar “algo para la mano” de su cartera a cierta distancia y entregárselo’ a AAC, sin que la testigo pudiera identificar con certeza que ese objeto cumpliera la definición legal de arma blanca ni que fuera, efectivamente, brindado a AAC para que fuera utilizada en la agresión", dice la moción.

La representación legal de Cabrera Rivera señaló que tampoco se ocupó arma blanca alguna en posesión de la acusada; no se presentó evidencia pericial de huellas, ADN o sangre que la vinculara con un arma específica; y el patólogo, al describir las características del objeto que podría haber causado las heridas, no lo asocia en ningún momento con un arma identificada como perteneciente o manejada por Elvia.

“La relación causal entre la supuesta entrega de un objeto y el arma que efectivamente produjo las heridas mortales descansa únicamente en inferencias, no en prueba admisible y concreta que permita establecer el estado mental correspondiente requerido para la determinación de causa”, insistieron.

De igual forma, plantearon que, aun cuando se aceptara que la acusada tuvo, por un instante, un objeto que podría considerarse “arma blanca”, la prueba no establece que ella lo haya “usado contra otra persona”, ni que lo haya mostrado o usado “en la comisión del delito o su tentativa”, como requiere el delito tal y como está tipificado. Añadieron que la narrativa de la agresión ubica los actos de apuñalar exclusivamente en manos de terceros, no de su clienta.

“La vista preliminar celebrada en el presente caso adoleció de ausencia total de prueba sobre elementos esenciales de los delitos imputados a la Sra. Elvia Cabrera Rivera y sobre su conexión con éstos. No se trata de que la prueba sea débil o contradictoria; se trata de que, jurídicamente, los elementos de intención, coautoria y uso de arma por parte de Elvia no fueron probados en absoluto”, puntualizaron.

La defensa de Avilés Cabrera también presentó una moción solicitando la desestimación por falta de jurisdicción, para que, en su caso, la joven no sea procesada como adulta, sino ante el Tribunal de Menores. Se alegó que la joven tiene facultad mental “por debajo de los 15 años”.