Los eventos de los últimos días nos deben servir de recordatorio sobre lo profundamente conservadora que es la población estadounidense en general, escribe Jorge Roig
Los eventos de los últimos días nos deben servir de recordatorio sobre lo profundamente conservadora que es la población estadounidense en general, escribe Jorge Roig
Los recientes días han traído en el devenir estadounidense altibajos que le ponen los pelos de punta a cualquiera. El presidente Trump nos asegura un día que el coronavirus está totalmente bajo control, y de momento estamos hablando del posible cierre de escuelas y lugares de trabajo. Una tarde la bolsa de valores apunta a una debacle económica, y unos días después se dispara y recupera casi todo lo perdido. Una noche en la plataforma de debates hay tantos candidatos para la elección presidencial que casi no caben los podios en la tarima, y en cuestión de un fin de semana extendido nos quedamos con solo dos candidatos viables.
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