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De todos los lados y en todos los frentes hay que inculcar una idea que debería ser sagrada: hay una diferencia entre los bienes públicos y los bienes privados, escribe Carlos E. Ramos González
De todos los lados y en todos los frentes hay que inculcar una idea que debería ser sagrada: hay una diferencia entre los bienes públicos y los bienes privados, escribe Carlos E. Ramos González
Las convicciones sobre parte de la familia Montes-Charbonier obligan a trascender la responsabilidad individual de las personas involucradas. Todo ello sin desmerecer el repudio a sus acciones delictivas. Asumir los bienes públicos como si fueran privados está en el eje central del problema que tenemos como sociedad.
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