El profesor Benigno Trigo expresa que monumentos como el cuadro de Trevethin Nowell nos recuerdan que no estamos solos frente a un abismo.
El profesor Benigno Trigo expresa que monumentos como el cuadro de Trevethin Nowell nos recuerdan que no estamos solos frente a un abismo.
Hace unos días pasé por el Museo de Arte de Ponce en uno de mis viajes de regreso a Puerto Rico. Me detuve frente al cuadro pre-rafaelita del pintor galés Arthur Trevethin Nowell, Isabella and the Pot of Basil (1904), cuando dos visitantes norteamericanos se colocaron junto a mí. La mujer le comentó a su esposo con humor, “Now, there´s a new take on tree-hugging”. Se acercó a la lámina explicativa y dio un salto de horror cuando se dio cuenta de que lo que Isabella abrazaba no era un arbolito como ella creía, sino un tiesto donde se encontraba enterrada la cabeza de su amado.
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