
Opinión
Explica ideas y extrae conclusiones basadas en la interpretación de hechos y datos.
Zygmunt Bauman, al describir la modernidad líquida, habló de un tiempo en el que nada es firme: las certezas, los vínculos y las estructuras se adaptan como agua al recipiente que las contiene. Hoy, esa metáfora se ha instalado en el terreno político y moral, dando lugar a lo que puedo llamar la ética líquida: un sistema en el que los principios no desaparecen, pero se moldean según la conveniencia del momento, dejando a las instituciones como piezas decorativas más que como pilares de control.
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