

La competitividad es un elemento que se encuentra presente de diversas maneras en los espacios de interacción humana. Es un rasgo que impulsa el comportamiento individual y colectivo. Desde la psicología social se identifica como la motivación intrínseca para superar a los otros a través del logro de metas. Desde ese punto de vista es importante destacar los beneficios y desventajas que puede tener en el ser humano dicha conducta. Entre los elementos positivos que genera, se incluyen: la motivación hacia el logro, el desarrollo de nuevas habilidades y la capacidad para afrontar los retos. No obstante, si no se canaliza adecuadamente puede generar repercusiones tales como ansiedad ante la frustración, la comparación social desequilibrada y desencadenar en dificultad para relacionarnos adecuadamente con los demás.
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