Puerto Rico atraviesa por una crisis de vivienda que ha empeorado con la crisis fiscal, desastres naturales y la pandemia del COVID-19. Las rentas siguen subiendo, la construcción de nueva vivienda asequible está prácticamente detenida hace décadas y las personas con la suerte y capacidad para comprar una casa, simplemente no encuentran. Por otro lado, también tenemos un grave problema de documentación, corroboración y reconocimiento de títulos de propiedad y derechos propietarios en general. Aunque el problema de la vivienda es muy visible y bien atendido por los medios, el tema de la titularidad tiende a ser invisibilizado a menos que haya pasado un huracán o una ola de denegaciones de FEMA. Pero los dos temas tienen mucho más que ver de lo que pensamos.