En 2016 atestiguamos una de las peores masacres contra personas no-heterosexuales en EEUU. Mientras las víctimas eran identificadas, confirmamos visceralmente cómo lo ‘global’ se hizo ‘local’. Y es que el 90% de las 49 personas asesinadas eran de origen hispano. Más aún, 23 eran puertorriqueños/as. Como resultado, lo ‘local' de inmediato se hizo también ‘personal’. La matanza de Orlando nos enlutó a todos/as. Poco después, lo ‘personal’ igualmente se enlazó con lo ‘global’, pues supimos que los nuestros habían sido asesinados por Omar Mateen—un musulmán de cuestionada sexualidad, hijo de inmigrantes afganos, y auto-proclamado combatiente de ISIS.
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
Orgullos
The opinions expressed in this article are solely those of the author and do not reflect the views or beliefs of El Nuevo Día or its affiliates.





