En vísperas de la selección de otro nuevo presidente o presidenta, la Universidad de Puerto Rico (UPR), la institución de educación superior más grande y prestigiosa de la isla, se encuentra en una encrucijada. En la última década, la universidad ha enfrentado los crecientes problemas financieros suyos y del país y múltiples ineficiencias estructurales y académicas, lo que pone en peligro su futuro y nuestro crecimiento intelectual y económico. Aunque la UPR sigue siendo un símbolo de orgullo puertorriqueño, corre el riesgo de convertirse en una institución arcaica, a menos que se realicen cambios drásticos.
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