Hace unas semanas, Mónica Puig paralizó el país al lograr una gesta histórica, nuestra primera medalla de oro en unas Olimpiadas. Fue un momento de alegría como hacía tiempo el país no experimentaba y provocó un diluvio de lágrimas, porque fue algo parecido a un cuento de hadas.
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
Una locura diferente
The opinions expressed in this article are solely those of the author and do not reflect the views or beliefs of El Nuevo Día or its affiliates.





