La enajenación del ‘establishment’ demócrata queda evidenciada en la expectativa de que formular una campaña a base de una vuelta a la ‘normalidad’ de los tiempos pre-Trump sería altamente efectiva, escribe Antonio Ramos
La enajenación del ‘establishment’ demócrata queda evidenciada en la expectativa de que formular una campaña a base de una vuelta a la ‘normalidad’ de los tiempos pre-Trump sería altamente efectiva, escribe Antonio Ramos
Las elecciones presidenciales y congresionales del 2020 han dado un duro golpe a la narrativa dominante del Partido Demócrata. En una columna anterior, expliqué que el enfoque excesivo en el carácter de los candidatos era una navaja de doble filo, una estrategia insuficiente, insatisfactoria y peligrosa, que facilitaría la venida de nuevos “trumps” en el futuro (en particular, me refería al 2022 y al 2024).
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