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Los mejores alimentos para prevenir la demencia

A largo plazo, ciertos alimentos pueden repercutir en provocar inflamación, factor que dirige a la progresión del alzhéimer. ¡Elige bien!

24 de marzo de 2023 - 5:55 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 1 año.
Enfermedades como el alzhéimer pudiesen retrasarse o disminuir el daño al cerebro con una alimentación óptima. (Shutterstock)

La gran mayoría del tiempo enfocamos los efectos de la alimentación en cambios físicos, como pueden ser adelgazar o aumentar de peso. Sin embargo, el impacto que tiene lo que comemos sobre el organismo va mucho más allá.

La licenciada Suzanne Jiménez, dietista registrada y una de las colaboradoras de MCS, considera que condiciones tales como la diabetes, obesidad, hipertensión e hiperlipidemia están directamente asociadas a nuestro estilo de vida y a la alimentación. Añadió que la alimentación también puede tener un impacto en otras condiciones como el cáncer y el alzhéimer.

Enfermedades como el alzhéimer pudiesen retrasarse o disminuir el daño al cerebro con una alimentación óptima. “El cerebro está trabajando 24/7. Hasta cuando estamos durmiendo, el cerebro está trabajando, por ende, necesita nutrientes, aminoácidos, grasas esenciales y carbohidratos; en fin, todo lo que se le pueda proveer para que pueda llevar a cabo sus funciones”, dice la licenciada, quien ejerce la profesión hace nueve años. También expone que, si no se le provee al cerebro lo que necesita —entiéndase, con la forma en que nos estamos alimentando y la falta de ejercicios—, esto pudiese provocar la pérdida de actividades esenciales como la memoria, una de las características principales de lo que conocemos como demencia y, a largo plazo, el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, el tipo más común de demencia.

Datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades proyectan que, para el 2060, entre las personas que tienen por lo menos 65 años, la cifra de personas con demencia estará cerca de los 14 millones.

“Existen dos tipos de dietas que [muchos nutricionistas] consideramos como las gold standards, por su impacto positivo a la salud. Estas son la dieta mediterránea y la DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension)”. De ambas dietas surge la dieta MIND, indica la licenciada, la cual está “vinculada a alimentos específicos dentro de esos dos estilos de alimentación que van dirigidos a mejorar la salud cognitiva”. Esta dieta [MIND] busca darle prioridad a diez alimentos esenciales que van a ayudar a disminuir o reducir la progresión de una posible demencia o del alzhéimer. Vegetales de hoja color verde oscuro, las bayas (berries) como la frambuesa, mora (blackberry) y baya azul (blueberry); los granos enteros, el aceite de oliva, los pescados con alto contenido de ácidos grasos omega-3; las habichuelas, las nueces y las aves [se incluyen en esta dieta], menciona.

Por otro lado, la licenciada destaca aquellos alimentos que se recomienda disminuir, no tan solo para la salud cognitiva, sino también para mantener un buen estilo de vida. “Los alimentos ultraprocesados, los que tengan más de cinco ingredientes en su etiqueta nutricional, los altos en grasas saturadas como, por ejemplo, la mantequilla; las carnes rojas, alimentos altos en sodio y azúcares añadidas; y las grasas trans pueden provocar inflamación a largo plazo, factor que influye en la progresión de todas las condiciones antes mencionadas, incluyendo el alzhéimer”.

La licenciada hace un llamado a no prolongar los cambios en el estilo de alimentación. Enfatiza que esperar para hacer cambios significativos de hábitos crea una reacción en cadena en la que las enfermedades crónicas se desarrollan más adelante. “No hay por qué prolongarlo más. Yo, trabajando con niños, trato de fomentar y enfatizarles a los padres que, por favor, desde ya, comiencen a dar más agua, a bajar el contenido de azúcares añadidas en las comidas y a velar bien esas meriendas”.

Recalca, además, que muchas condiciones no están necesariamente asociadas a la vejez. “No es que te vas a poner viejo y vas a tener alzhéimer; no necesariamente es así”, dice al explicar que esta condición tiene muchos factores que podrían contribuir a su progresión y desarrollo, por lo que hay que buscar su prevención desde mucho antes.

Si bien existen nutrientes que contribuyen a la salud del cerebro, existen otros que pudiesen tener un efecto opuesto, si se consumen en exceso. “En el caso de los alimentos ultraprocesados o refinados, que pueden incluir muchos químicos, edulcorantes artificiales, espesantes y preservativos, a la larga, pueden impedir funciones esenciales en nuestro cerebro, así como afectar la función de los neurotransmisores”, detalla al mencionar algunos conocidos como la serotonina, la dopamina y norepinefrina como ejemplos.

De otra parte, la licenciada indica, por ejemplo, que alimentos como el huevo son una excelente fuente de proteína y que los carbohidratos complejos —que aportan mucha fibra—, favorecen la salud del cerebro, a través de la conexión que existe entre cerebro y la salud gastrointestinal.

Cuando se trata de combinaciones de alimentos en las comidas, la licenciada ofrece algunos consejos, entre estos no eliminar grupos de alimentos en las comidas. Hay que pensar en un desayuno completo, incluyendo una fuente de proteína, carbohidratos complejos y alguna fruta o vegetal. Si no puedes consumir estos últimos, puedes hacerlo más adelante.

La actual presidenta de la Academia de Nutrición y Dietética Capítulo de Puerto Rico exhorta a la comunidad a buscar orientación de los profesionales en nutrición y dietética. “Muchas personas, en ocasiones, caen en planes de alimentación que, sí, en su momento les dan resultados, pero no logran mantenerlos a largo plazo. Esto las podría llevar a la frustración, a raíz de no haber cumplido con sus metas”.

Destaca, además, que la nutrición debe ir de la mano con el ejercicio, que, al igual que la nutrición, debe ser recomendado por el profesional capacitado. Salir a caminar, leer un libro, disminuir el uso de las redes sociales, tener una buena hidratación y buscar espacios de sosiego ayudan al cerebro a descansar de todos los estímulos diarios.

“Estamos expuestos a demasiada información, a demasiado contenido muy rápido para el cerebro procesar, [lo] que, a la larga, no lo está ayudando a nivel cognitivo”, concluye.

La licenciada Suzanne Jiménez, dietista registrada, presidenta de la Academia de Nutrición y Dietética Capítulo de Puerto Rico y colaboradora de MCS.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.

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