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¿Puede la inteligencia artificial reemplazar tu trabajo? Estas son las profesiones en mayor riesgo

Un análisis revela cómo el cambio constante en la tecnología puede impactar el ámbito laboral

1 de agosto de 2025 - 9:20 AM

Explicamos cuáles son las profesiones de mayor riesgo. (Shutterstock)

En el lapso de una semana, la Universidad de Buenos Aires (UBA) -la que recibe la mayor cantidad de alumnos en el país- envió dos mails a su comunidad: el anuncio de una diplomatura en inteligencia artificial (IA) generativa y una invitación a conocer la oferta de carreras cortas con rápida salida laboral.

El dato despierta una serie de preguntas relacionadas al vínculo entre la explosión de la IA, el mundo laboral y la formación profesional. ¿Cómo está impactando la inteligencia artificial en el empleo y en la oferta académica? ¿Son las vinculadas a la IA las carreras del futuro? ¿Qué tareas corren más riesgo de ser reemplazadas?

LA NACION habló con especialistas en educación, en empleo y en IA que aseguran que vivimos tiempos cambiantes en los que la toma de decisiones por parte de los jóvenes no es tarea sencilla. En el mundo del empleo, las actividades están siendo redefinidas constantemente por la automatización, mientras que en el mundo universitario, las casas de altos estudios deben enfocarse en la actualización de las currículas y en la creación de carreras orientadas a lo que demanda el mercado laboral.

De acuerdo al último informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la incidencia de la IA en el ámbito laboral, un 25% del empleo mundial se concentra en ocupaciones potencialmente afectadas por la IA y un 3,3% de los trabajos -unos 115 millones de puestos- corren riesgo de automatización debido a los avances de estas tecnologías. La investigación definió niveles de exposición al impacto de la IA generativa, con una categorización de las distintas ocupaciones según su nivel de riesgo.

Trabajos y riesgos de ser reemplazados

Analistas financieros, agentes de bolsa y de cambio, brokers de seguros, data entries y operadores de call centers, entre otros trabajos, se ubican en la categoría de exposición máxima.En el largo listado de riesgo significativo figuran periodistas, recepcionistas, cajeros de banco, matemáticos y bibliotecarios, mientras que en exposición moderada aparecen locutores, diseñadores gráficos, biólogos, curadores de museos, organizadores de eventos, relacionistas públicos y vendedores puerta a puerta, entre otros.Corren riesgo bajo o mínimo fotógrafos, físicos, pedagogos, empleados de servicios de mensajería, actores, directores de cine y teatro, astrólogos, camareros, trabajadores sociales, cuidadores a domicilio, nutricionistas, decoradores, guías de turismo y urbanistas, entre otros.Algunos de los que quedarían exentos de ser reemplazados por la IA son los médicos, los agricultores, los mineros, los operarios de máquinas, los mecánicos, los recolectores de basura, los niñeros, los pasteleros, los artistas, los modelos, los peluqueros y los esteticistas.

Redefinición de tareas y competencias

Roxana Maurizio, investigadora del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA y del Conicet, señaló a LA NACION que, si bien es difícil hacer predicciones en un mundo tan cambiante, se evidencia una clara tendencia hacia la constante redefinición de tareas y competencias laborales.

“Se observa mucho a qué ocupaciones va a impactar la IA, pero la ocupación en sí misma no tiene tanta relevancia. Lo que hay que hacer es abrir la caja negra de cada ocupación y ver qué está pasando con las tareas porque el cambio tecnológico no impacta en el total de una ocupación sino en las tareas específicas. Esa es la discusión real: qué tareas pueden ser reemplazadas”, planteó. Según la experta, incluso en las ocupaciones más rutinarias, lo que se identifica con el avance de la IA es una transformación en el contenido de las mismas, pero no una sustitución total.

Para Alejandro Artopoulos, sociólogo y profesor de Tecnología y Cambio Educativo en la Universidad de San Andrés (Udesa) y en la UBA, estamos en tiempos “turbulentos y confusos” que dificultan las elecciones de los jóvenes respecto a qué estudiar o dónde trabajar.

“Tienen poca percepción de cómo la IA está cambiando el mercado de trabajo y están tomando decisiones basados en datos obsoletos de un crecimiento pretendidamente perpetuo de la demanda de mano de obra de la industria del conocimiento. La mayoría de los chicos a los que les gustan las matemáticas y las ciencias duras, naturalmente eligen las carreras que escuchan que son ‘el futuro’. Siempre que aparece una nueva tecnología hay una época, al principio, en la que las expectativas están sobredimensionadas”, afirmó el especialista. En junio, The Washington Post publicó una investigación en la que expuso la dificultad de los jóvenes estadounidenses recién graduados para acceder a su primer empleo. Según el medio, la generación Z tropieza en sus pasos iniciales en el mundo laboral dado que, entre otros factores, compite con la IA.

De acuerdo a Adriana Baravalle, directora académica y líder de SynapsIA, una iniciativa académica sobre IA de la Universidad Austral, la generación de estudiantes actuales comprende intuitivamente que el mercado laboral está transformándose porque son nativos digitales que han visto la evolución acelerada de las nuevas tecnologías.“Los puestos junior no desaparecen, sino que evolucionan hacia roles que requieren colaboración humano-IA. Esto genera tanto oportunidades como desafíos”, sostuvo.En este contexto, las diferencias en el acceso a la tecnología parecen ser cruciales. “Estamos en un país con fuertes desigualdades de género, etarias, territoriales. Habrá jóvenes muy preparados para este futuro y jóvenes que quedan atrás en esa tendencia”, advirtió Maurizio.

Nueva oferta académica

Los especialistas coinciden en que la formación se está reconfigurando en base a estas nuevas realidades, sobre todo en dos aspectos. Por un lado, los planes de estudio se actualizan mediante la integración de competencias digitales y las llamadas habilidades blandas como el pensamiento crítico. Y, por otro lado, creando carreras cortas ad hoc para las necesidades de estos tiempos.En ese sentido, Baravalle indicó que las ocupaciones que enfrentan mayor presión son las que corresponden a tareas repetitivas, que siguen reglas preestablecidas y pueden automatizarse, como contabilidad o traducción (aunque subsisten nichos especializados). Por el contrario, entre las carreras que se encuentran en crecimiento figuran: Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial, Ciberseguridad, Ingeniería en Software con especialización en IA, Psicología (especialmente organizacional y UX), Enfermería, Sostenibilidad y Energías Renovables e Ingeniería Biomédica. Las híbridas también ganan terreno, por ejemplo Marketing Digital.

“En los últimos cinco años aparecieron muchas carreras que mezclan la tradición con lo nuevo, como Negocios Digitales, que combina administración de empresas con programación. Este plan empezó con muchas materias de programación, pero hoy se está repensando porque ya no se necesita tanta programación”, aclaró Artopoulos.

¿Cada cuánto debe variar la oferta educativa en tiempos de transformación constante? “Antes las carreras cambiaban cada 10 años, hoy cambian cada dos años. Es muy difícil llevar adelante ese ritmo y en los hechos eso genera una confusión generalizada”, sostuvo el especialista.

Por su parte, Catalina Nosiglia, secretaria de Asuntos Académicos de la UBA, explicó a LA NACION que las nuevas tecnologías y la IA en particular están impulsando la creación de carreras de grado, posgrado y diplomaturas.

“En Exactas, además de la Licenciatura en Ciencias de la Computación, se creó la Licenciatura en Ciencias de Datos. En Ingeniería, se aprobó una orientación interdisciplinaria en datos e IA en todas las carreras. Y, en Económicas, se abrió una Tecnicatura en Datos. Por otro lado, en casi todas las carreras, existen materias electivas relacionadas con IA, de tal modo que la gente se vaya formando”, precisó. Y sumó: “El foco está en Exactas, Ingeniería y Económicas, pero también en Sociales y Humanidades en la medida en que no descuidamos el enfoque ético. La filosofía y las ciencias sociales son importantes en este sentido”.

Pensamiento crítico

En la misma línea, Artopoulos explicó que, después de mucho tiempo de estar en retroceso, las carreras sociales que apuntan al pensamiento crítico están reapareciendo. “El pensamiento filosófico hoy es muy productivo para pensar nuevas realidades. En el mundo esto ya se está viendo en carreras que mezclan el pensamiento crítico y el uso práctico de la IA”, afirmó.

Maurizio agregó: “Las habilidades blandas, por ejemplo, flexibilidad para adaptarse a entornos cambiantes, trabajo en equipo, entender reglas, son muy importantes para quienes entran al mercado de trabajo actual”.

La experta señaló que las habilidades blandas cobran cada vez más relevancia en las búsquedas laborales. “Pero no se está pensando tanto dónde se enseñan y quién certifica esas habilidades”, complejizó.

Según Baravalle, el mensaje más importante para los jóvenes hoy es: la inteligencia artificial no es el enemigo, es la nueva realidad del trabajo. “La clave está en desarrollar competencias complementarias a la IA: creatividad estratégica, pensamiento ético y crítico, habilidades interpersonales y capacidad de aprendizaje continuo”, concluyó.

Pese al ritmo frenético de los cambios, las lógicas para convivir con la tecnología más avanzada ya se están delineando tanto para jóvenes que tienen que elegir una carrera como para profesionales que buscan seguir activos en el mercado laboral.

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