Puerto Rico enfrenta, desde hace más de diez años, una crisis fiscal y económica agravada por los efectos de los desastres atmosféricos y la amenaza de la pandemia del COVID-19. Esos desafíos, marcados por un severo endeudamiento, requieren del Ejecutivo la definición clara de las guías programáticas y presupuestarias que abonen a la solución de los serios problemas inmediatos y de cara al futuro.