6 de septiembre de 2025 - 4:59 PM
Loíza - Detrás de los negocios en la costa de Piñones, en este municipio, varios “jet-skis” flotaban este sábado en el agua, obedeciendo la dirección de la flecha en un rótulo en la orilla. Las motoras acuáticas, sin embargo, estaban invadiendo una zona designada para bañistas.
“Alguien la viró. Se supone que la flecha esté mirando hacia la derecha, lo que nos indica que, de la flecha a la derecha, es área de bañistas y, hacia el otro lado, es para embarcaciones, en donde pueden atracar y amarrar sus ‘jet-skis’. Ellos no pueden cruzar para acá, y no se supone que el bañista cruce al otro lado”, explicó el vigilante Richard Maldonado, desde una nueva embarcación de 34 pies, adquirida por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).
El cartel en la zona había sido cambiado de dirección para confundir o tratar de engañar a las autoridades, para atracar las motoras acuáticas en un área prohibida, señaló.
Maldonado, con 21 años de experiencia, instruyó a los motoristas que debían salir de la zona, porque el cartel había sido cambiado. Incluso, les advirtió que estar en esa área de bañistas podría conllevar una multa.
“Es la primera vez que veo eso (cambio del letrero), por lo menos, en mi área. Nosotros siempre estamos diciéndoles que se tienen que mover”, comentó Maldonado, de la Unidad Marítima de Piñones, sobre el artículo 7.7 de la Ley de Navegación y Seguridad Acuática.
Uno de los motoristas, Juan Carlos Maldonado, contó que se habían detenido en la zona de bañistas por una “confusión”, pero entendieron las advertencias, por lo que colaboraron con los vigilantes. “Están haciendo su trabajo”, compartió el hombre, que disfrutaba el día soleado junto a su familia en varias motoras acuáticas, después que se le hiciera el chequeo de su equipo de seguridad.
Este intercambio fue parte de la ronda preventiva que realizan a diario los vigilantes de la zona marítima de Piñones. La jornada, que comenzó a las 9:30 a.m., abarcó zonas como Isla Verde, la laguna de Condado, la bahía de San Juan y El Morro.
“Los vigilantes intervienen con las personas verificando que tengan los equipos de seguridad al día, como el marbete. De eso se trata, de orientar a las personas, y que tengan conciencia de navegar seguros”, compartió, por su parte, el comisionado de Navegación del DRNA, Luis Márquez.
La embarcación que recién adquirió la agencia alcanza una velocidad de alrededor de “60 nudos en el agua”, es decir, que puede navegar hasta 70 millas por hora. “Vienen cuatro embarcaciones por ahí, y el secretario (Waldemar Quiles) quiere tener dos embarcaciones por cada región”, destacó.
En otra intervención en la bahía de San Juan, los vigilantes revisaron la licencia y equipo de seguridad –como las luces de bengala para un caso de emergencia– de otros dos “jet skis”.
“Es la primera vez que tiro (la motora acuática) aquí, en la bahía, y es muy bueno lo que hacen los compañeros, porque mantienen la seguridad. Y a las personas que no son muy expertas, las pueden orientar. La iniciativa es muy buena y han sido muy amables”, comentó Javier Quiñones, uno de los intervenidos.
Maldonado, el vigilante, le explicó a Quiñones que la puesta del sol este sábado era las 6:45 p.m., debido a que el DRNA prohíbe el uso de “jet skis” en la noche, conforme al Reglamento 6979, que impone una multa de $200 por violación.
Una hora más tarde, los oficiales interceptaron otra embarcación, en la que el nauta estaba con su hijo, quien tenía un salvavidas de niño. “Se le está verificando el equipo de seguridad, que es nuestra prioridad. Estaba todo bien, pero no tenía el salvavidas tipo IV, que se lanza cuando alguien cae fuera de borda. Toda embarcación de 16 pies o más tiene que tener un tipo IV, aparte de los salvavidas personales”, explicó Maldonado.
A diferencia de Palominos e Icacos en el este, la Unidad Marítima de Piñones no ha impuesto multas por “voceteo” o ruidos excesivos en el agua. La Orden Administrativa 2025-02 del DRNA prohíbe esta modalidad de contaminación acústica y establece multas administrativas de hasta $25,000 por infracción.
“Ha sido de gran ayuda y ha mejorado un montón, tanto en Palominos como Icacos. Los vigilantes están haciendo el trabajo, en coordinación el Coast Guard (Guardia Costera de Estados Unidos)”, resaltó Márquez.
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