Carolina - Dedicada una carrera en el cuadro interior, Javier Báez debutó con éxito en el jardín central en la temporada 2025 de las Grandes Ligas con los Tigers de Detriot.

Es una posición que muy bien podría adoptar en el Clásico Mundial de Béisbol 2026 ante la baja de Enrique “Kike” Hernández, operado del codo concluido el campeonato de Serie Mundial con los Dodgers de Los Ángeles.

Y para Báez, donde el dirigente Yadier Molina lo necesite en el anticipado torneo, “El Mago” ahí estará.

“Honestamente, donde yo resuelva”, respondió Báez en un aparte con la prensa durante el Home Run Derby & Celebrity Softball Game Team Rubio Edition en el Estadio Roberto Clemente Walker.

Báez, de 33 años, defendió el bosque central de los Tigers este años por 53 partidos, 43 como titular, sin cometer errores. Estuvo en su posición natural, el campo corto, en 62 encuentros.

Desde 2017, Báez fue custodio de la segunda base de Puerto Rico, orquestando jugadas sensacionales. El siore le pertenece a la estrella de los Mets de Nueva York Francisco Lindor.

“La baja de Kike hace mucha diferencia porque también Kike puede hacer lo que yo hago. Puede jugar infield o outfield. Pero, donde me pongan hago lo mejor que pueda y trato de ayudar al equipo”, agregó.

Báez podría nuevos compañeros en el “Team Rubio” en los peloteros de sangre Riley Greene, Nolan Arenado y George Springer, colocados por la Federación de Béisbol local en la lista de 35 jugadores para el Clásico. La plantilla se reducirá a 30 en febrero.

“El conocimiento que yo tengo, hablando con ellos, preguntándoles cómo se sienten. Ellos tienen mucho orgullo de tener familia puertorriqueña, de cómo los puertorriqueños nos apoyan a nosotros. A la misma vez, también son americanos, tienen sueños de representar a Estados Unidos. Por ejemplo, Marcus Stroman jugó para los dos (2017 y 2023) y lo hizo con mucho orgullo”, reflexionó Báez, quien tiene a Greene de compañero de equipo en Detroit.

“Arenado tiene mucha posibilidad de jugar con Puerto Rico pero no sé cuál es su decisión. Yo sé que sí le gustaría jugar pero tampoco le gustaría venir aquí a quitarle la posición a otra persona, me sigues. Entiendo que sí quieren, pero no saben si pueden”, añadió.

Carlos Correa y Emmanuel “El Pulpo” Rivera estuvieron en la “esquina caliente” en 2017 y 2023, respectivamente. Correa estará de vuelta con “Los Nuestros” en marzo. Arenado, por su parte, es un 10 veces Guante de Oro en la antesala.

“Riley Greene, que yo lo tengo todo el año (en Detroit), le pregunté e igual, su sueño es representar a Estados Unidos, siempre ha vivido en Estados Unidos. No lo juzgamos pero también le damos la oportunidad a que pueda jugar para Puerto Rico y tener el respaldo que tenemos todos nosotros”, apuntó.

Báez tuvo una campaña de resurgimiento con los Tigers en medio de su contrato de seis años y $140 millones luego de recuperarse de una operación en la cadera.

El bayamonés volvió a ser “El Mago”. En su cuarto año en Detroit, tuvo promedio de bateo de .257 con 12 jonrones y 57 carreras remolcadas, sus mejores números desde su primer año con la novena en 2022.

Los Tigers se quedaron a un juego de volver a la Serie de Campeonato de la Liga Americana desde 2013.

“Realmente, el trabajo que hice fue muy consistente. Me mantuve positivo. Me sentí cansado en algún momento por cuestión de la operación y el proceso pero trabajé un poquito más fuerte para durar la temporada completa y gracias a Dios en los playoffs me fue bastante bien”, resumió Báez, quien admitió maduró durante su rehabilitación.

“Realmente, escuché. Soy una persona que en el pasado no creía en la medicina, en los hospitales, y era algo muy natural. Obviamente, cuando vienen especialistas y te explican lo que está pasando y por qué, entiendes 100 por ciento más claro. Le di la oportunidad a Detroit, a la organización, a hacer lo que pensaban era lo mejor para mí y no hice ningún desacuerdo después de operarme. Honestamente, después de la operación mentalmente tenía la pregunta si iba a jugar bien o no. Si iba a estar saludable. Como me fui sintiendo, metí mano y trabajando. Me sentí muy bien”, admitió.