

6 de octubre de 2025 - 11:10 PM
Como dice el dicho, “la flor que florece en la adversidad es la más rara y hermosa de todas”, y no hay nada más cierto. Desde siempre, para muchos, estas maravillas de la naturaleza han sido símbolo de resistencia y esplendor.
José Vega Santana, conocido por su icónico personaje del payaso Remi, tiene una visión particular sobre el mundo florido. Según contó en entrevista con El Nuevo Día, pinta flores desde que era un niño.
“Yo era el nene raro. Mi abuelo era pelotero de Grandes Ligas y todo el mundo quería que yo jugara pelota. Yo no tenía la habilidad de mi abuelo, porque mi abuelo era muy bueno y yo no podía llenar esos zapatos, pero Dios, sabiendo eso, dijo, déjalo que pinte, déjalo que escriba y déjalo que cante. Me dio tres talentos. Y esos talentos yo no los encerré, los multipliqué”, dijo Vega Santana.
Desde la Universidad Interamericana, Recinto Metro de Puerto Rico, donde cursó sus estudios en Psicología y Literatura hace 40 años, el cantante recordó que, como estudiante, hasta llegó a ser víctima de mofas por su encanto hacia las flores. Hoy, con una destacada carrera de más de 35 años, ese amor y devoción se mantiene incólume.
“Una vez, siendo Remi, me iban a hacer un reconocimiento y me dijeron ‘no sabemos qué regalarte’. Yo les dije, regálenme un ramo de flores, o regálenme una amapola para yo poder sembrarla. Yo he ido a muchos países y mis hijos se ríen porque ellos saben que donde quiera que hay una flor, yo saco mi celular y la retrato. No sé, me llama mucho la atención la vida, el proceso, lo que tiene que pasar una flor para estar ahí”, continuó.
Estos detalles fueron revelados en medio de la exhibición “Flores de mi tierra” que el nominado al premio Grammy Latino inauguró el pasado 9 de marzo en la galería de la institución universitaria. La colección de 40 piezas supone un viaje visual que transforma la rica flora de la isla en un universo de colores, emociones y memorias.
“Cuando recibo la invitación después de 40 años, porque cuando era joven dije algún día voy a exhibir ahí, algún día. Cada vez que trataba no podía, estaba lleno, pero la rectora me dijo ‘José, llegó el momento para que tú estés ahí durante este semestre’”, sostuvo quien también cursó estudios en arte en México y en la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico.
De inmediato, detalló, puso manos a la obra. Vega Santana, lleno de agradecimiento, reconoció la ayuda de la administración de la Universidad, la profesora Heidi Quintero y el doctor Salomón Barrientos para obtener el resultado final.
El natural de San Juan describió la labor del curador como uno “increíble”. Cada pared, especificó, fue preparada para un cuadro distinto.
“No es una galería, como regularmente conocemos, que todo está en blanco. Las flores necesitan un lugar, un espacio, un tiesto, un arreglo, donde tú la vayas a poner, necesita una base, y pienso que es lo que ha hecho la Universidad Interamericana con esto, es hacerme muy feliz, muy honrado”, exteriorizó.
Después de contagiarse de COVID-19, Vega Santana padeció niebla mental. La recomendación de su neurólogo, narró, fue que hiciera lo que más le gustaba. Esas primeras “flores de esperanza”, sin saberlo, fueron el inicio de “Flores de mi tierra”.
“Y me encerré a pintar y a cantar. Cada flor es como el motivo de una canción. Muchos de los títulos de los cuadros son letras de canciones. Hoy veo el propósito. Compartir con los estudiantes y con los profesores ha sido una bendición”, agregó.
Aunque el dinero recaudado en la venta de los cuadros tiene un fin benéfico, Vega Santana confesó que si las obras se quieren quedar con él el resto de su vida, no tiene ningún problema. En ocasiones, reflexionó, el ser humano hace cosas para que le pertenezcan.
“El ser humano está compuesto por muchas cosas y aquí solamente hay 40 emociones mías que quise expresarlas de manera espontánea. Muchas las pinté de noche, muchas las pinté sin luz, muchas las pinté al aire libre, tirando pintura, sintiéndome libre, no haciéndole caso a lo que me decían mis profesores de arte”, comentó.
Estos cuadros han acompañado al intérprete de Remi en momentos alegres y en tiempos de incertidumbre. Por eso los compara con sus cinco hijos.
“Me hubiese gustado que todos se quedaran en casa, hacer cinco cuartos y que estuvieran ahí viviendo con sus esposas, con mis nietos, pero se fueron y dejaron el nido vacío. Cada vez que los veo brillar con luz propia, cada vez que voy a una oficina y veo un cuadro, se me quiere salir el corazón”, expuso sobre las obras de sus manos.
Muchos de ellos, de forma secreta, llevan sus huellas. En otros se esconden textos que han marcado períodos trascendentales de su vida.
Los amantes del arte y del talento inigualable del filántropo tendrán la oportunidad única de disfrutar la exhibición en la Universidad Interamericana, Recinto Metro, hasta enero de 2026.
El dinero recaudado en la venta de cuadros será destinado a la Fundación Renacer. La institución que actualmente apadrina se dedica a trabajar con víctimas de violencia doméstica.
“Me dijeron, ‘antes de que seas padrino, pasa para que estés un día en el hogar’. Vi cómo un papá venía de Estados Unidos a estar con su hija una hora. Yo busqué cuántas millas voló y fueron 22,000 para poder estar con su hija una sola hora. Cuando vi cómo esa niña abrazaba a ese padre, y ese padre tener una hora al mes para poder ver a su hija, él dijo ‘si yo tengo que hacer esto el resto de mi vida, lo haré, hasta que un día pueda estar con ella todos los días’”, recordó visiblemente emocionado.
En honor y con la esperanza de que cada día más personas puedan disfrutar de las segundas oportunidades, es que Vega Santana continuará siempre con un pie al frente en las artes y en donde haya necesidad.
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