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La historiadora María de los Ángeles Castro se incorpora a la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española

La académica tomó posesión del sillón J mayúscula que antes ocupara Luis González Vales, pasado Historiador Oficial de Puerto Rico

12 de septiembre de 2025 - 6:38 PM

La distinguida historiadora fue recibida como miembro de la Academia el jueves, 11 de septiembre. (Captura)

En la mañana del jueves, 11 de septiembre de 2025, se llevó el acto de incorporación de la profesora María de los Ángeles Castro Arroyo como académica numeraria de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española (ACAPLE). Tomó posesión del sillón J mayúscula que antes ocupara Luis González Vales, pasado Historiador Oficial de Puerto Rico.

Se dio cita en la sede de la ACAPLE una concurrida audiencia de académicos, historiadores, miembros de la oficina de Conservación Histórica de Puerto Rico, antiguos alumnos, familiares y amigos. La respetada historiadora leyó el excelente discurso de ingreso titulado “Entre murallas, mitras y sables”. Le respondió en nombre de la Corporación el académico y director de la ACAPLE, D. José Luis Vega, con el hermoso discurso titulado “Omnímodas”.

En su discurso de ingreso, la nueva académica presentó las figuras contrapuestas del Alejandro Tapia y Rivera y Juan de la Pezuela, gobernador y capitán general de Puerto Rico, desde 1848 hasta 1851. Habló sobre el precio de vivir en esa época en la ciudad amurallada de San Juan, fuertemente custodiada, aunque sus fortificaciones al mismo tiempo “protegieron la ciudad y ofrecieron a la población un sentido mayor de seguridad en períodos turbulentos de conflictos europeos”.

Para concluir su discurso se trasladó a la ciudad capital de hoy. Su amor y fascinación por la ciudad quedó plasmado en las siguientes palabras con que concluyó su discurso de aceptación:“Durante el siglo y cuarto transcurrido desde entonces, la capital del país ha sufrido cambios, transformaciones y desbordado sus fronteras de antaño. Es hoy la que narra, describe y contextualiza autobiográficamente Edgardo Rodríguez Juliá en San Juan, ciudad soñada. Abstraído en el ‘fragmento histórico’de la isleta —el Viejo San Juan— también la sueña Luis Rafael Sánchez, quien, como Noel Estrada, dejó su corazón frente al mar: La multisoñada San Juan Bautista trasciende el epíteto. Amarrada a una legión de sueños, bien temprano aprendió a protegerse del fuego y sus devastaciones. Protegerse y ripostar el fuego inglés, el fuego holandés, el fuego del bucanero errante. Hoy la multisoñada San Juan Bautista refina su actualidad con ecos de nebulosos fantasmas ancestrales. Tanto así que ni los fastos discutibles de su ayer, ni los desamparos harto visibles de su hoy alcanzan a desmerecerla”.

María de los Ángeles Castro Arroyo es una de las más reconocidas y publicadas historiadoras de Puerto Rico. Investigadora acuciosa de la historia de Puerto Rico, especialmente del Viejo San Juan, trabajadora, disciplinada e incansable, ha dedicado su vida a la investigación y al servicio de la Universidad de Puerto Rico y del País.

Completó su máster en Historia en la Universidad de Puerto Rico y en 1976 se doctoró en Historia e Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid. Tras su jubilación en 2009, regresó a su alma mater como decana de la Facultad de Humanidades y rectora interina del Recinto de Río Piedras.

Su más reciente libro, “Amurallados: Arquitectura y devenir en el Viejo San Juan, 1508-1898 (2024)” es, sin duda, la obra maestra de su amorosa y erudita dedicación a la historia de Puerto Rico, en particular a la ciudad de San Juan. Entre sus publicaciones se encuentran también “Remigio, Historia de un hombre”. “Las memorias de Ángel Rivero Méndez” (2008), “La Fortaleza de Santa Catalina” (2005), “San Juan de Puerto Rico. La ciudad a través del tiempo” (2000) y “Arquitectura en San Juan de Puerto Rico. Siglo XIX” (1980), basado en su tesis doctoral.

En 2011 la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades (hoy Humanidades Puerto Rico) la reconoció como Humanista del Año junto a su esposo, el también académico e historiador Gervasio García.

Según comunicó la Academia, “María de los Ángeles Castro Arroyo se reúnen las más altas cualidades de una profesional y ser humano de primer orden: maestra de generaciones, investigadora responsable y certera, divulgadora del conocimiento de forma clara y accesible, trabajadora incansable, de compromiso humanístico, de gran espíritu de servicio con la comunidad y gran amiga. No nos queda duda que doña María de los Ángeles Castro Arroyo será una extraordinaria colaboradora que contribuirá a adelantar los trabajos en beneficio de la lengua desde nuestra Academia Puertorriqueña de la Lengua Española”.

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