La historia de la música urbana no se puede contar sin mencionar la alianza entre Ramón “Daddy Yankee” Ayala y Rafael “Raphy” Pina. Durante años, fueron más que un artista y su representante artístico; fueron compadres, socios y parte de una familia que construyó un imperio.

Ese vínculo que parecía inquebrantable, sin embargo, se ha transformado en una amarga disputa legal que amenaza con reescribir su legado conjunto.

Hoy, millones de dólares en regalías, derechos de autor y el control de algunas de las canciones más icónicas del reguetón están en juego en la batalla legal que protagonizan el cantante y el productor. Lo que alguna vez fue una de las asociaciones más exitosas de la industria musical, responsable de llevar el género a la cima mundial, ahora se desmorona bajo acusaciones de fraude y manipulación financiera.

Esta tarde, desde alta mar, Pina compartió una publicación en sus redes sociales que muchos afirman va dirigida al exponente urbano. La mayoría de los comentarios, igualmente, afirman que el empresario está “asustado” y “por el techo”.

“Escuchando una salsita cuando solo era un solo compositor. Solo los sabios entenderán”, lee la publicación.

El pasado 29 de noviembre, los abogados de “DY”, radicaron una demanda en el Tribunal Federal en Hato Rey en la que sostienen que diversas personas y entidades ejecutaron un esquema que desvió millones de dólares en regalías de las canciones del veterano reguetonero.

Los bufetes Casillas, Santiago y Torres (CST Law) y Antonetti Montalvo & Ramírez Coll incluyeron como demandados, en el pleito, de 127 páginas, al productor y expresentante de Ayala Rodríguez, a la exesposa del artista, Mireddys González Castellanos, al abogado Edwin Prado Galarza, a Andrés Coll Fernández y a otras seis empresas.