

24 de diciembre de 2025 - 11:10 PM

Para muchos, las celebraciones de Navidad y Año Nuevo no solo implican encuentros familiares y comidas especiales, sino también una tensión constante entre el deseo de disfrutar y el temor a “salirse de la dieta”.
Según los entrevistados, este vaivén entre la restricción y el exceso es uno de los principales problemas en estas fechas, ya que representa un terreno fértil para la ansiedad y los desórdenes alimentarios.
“Las personas que están tratando de bajar de peso generalmente hacen algún tipo de restricción. Por ejemplo, los días previos a las fiestas hacen una dieta muy estricta para darse el ‘permiso’ de comer algunos alimentos que normalmente no consumen”, dice Eliana Reyes, nutrióloga y directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. de los Andes.
“Este tipo de restricción no es buena ni positiva, porque genera mucha ansiedad y, cuando la persona está ansiosa, pierde el ‘control’ y puede comer mucho más de lo que tenía planeado”, advierte.
Javiera Salvador, nutrióloga de Clínica Dávila, coincide: “Nunca debiese ser sinónimo de cuidarse el restringirse, porque eso puede llevar a más ansiedad y luego irse al otro extremo”. Y añade que otro error frecuente es saltarse el desayuno o el almuerzo para “guardar espacio” para la cena.
“Hay mucha gente que no come en todo el día y llega a la noche sin control”, añadió.
Para enfrentar este tipo de encuentros de manera más saludable, la recomendación de los profesionales es prepararse con anticipación. Por ejemplo, “no llegar con tanto apetito ayuda a tomar mejores decisiones”, señala Reyes y sugiere consumir algo liviano antes de salir de la casa, como un yogur o ensalada. Y, una vez en la mesa, la clave está en elegir.
“Es importante mirar lo que hay disponible y tomar una decisión, no comer de todo por impulso, sino elegir conscientemente qué se va a disfrutar. Lo ideal sería priorizar proteínas y verduras, porque ayudan a sentirse más satisfecho”, explica la experta.Rinat Ratner, directora de la carrera de Nutrición en la U. del Desarrollo y nutricionista de la Clínica Alemana, sugiere:
“Comer lento y realizar pausas. El cerebro tarda 20 minutos en registrar las señales de saciedad, por ello, soltar los cubiertos entre bocados y masticar lento, saboreando los alimentos, ayuda a comer menos de manera natural”.
Asimismo, “hay que moderar el consumo de alcohol debido a las consecuencias de su alto consumo. Si se va a tomar alcohol, por cada vaso, tomar también un vaso de agua para hidratarse y diluir la carga de etanol”.
Según Ratner, “las fiestas son un momento de disfrutar, conectar con nuestros seres queridos y compartir preparaciones tradicionales. Disfrutar de la comida es una forma de salud social y emocional, por lo que debe ser parte de nuestro estilo de vida saludable”.
“No se trata de prohibirse, sino de probar en pequeñas cantidades y disfrutarlo”, enfatiza Salvador.
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