

15 de octubre de 2025 - 2:26 PM
Gerona— Un estudio liderado por un instituto español ha descubierto la relación entre la microbiota intestinal y la capacidad de atención en personas con obesidad.
La obesidad se asocia con peor atención, pero ahora este estudio, publicado en la revista Gut y encabezado por el Instituto de Investigación Biomédica de Girona Josep Trueta (IDIBGI), es el primero que se fija en el papel de la microbiota intestinal en esa conexión.
En concreto, vincula un nivel más elevado de proteobacterias en la microbiota intestinal con una peor capacidad de atención en personas con obesidad, mientras que otro compuesto de la microbiota (3-HAA) se relaciona con una mejora de la atención.
Esta interactúa con el organismo y ejerce gran número de funciones, se calcula que hay entre 20 y 100 veces más genes microbianos que genes humanos en el cuerpo. Por eso, más allá de mirar “qué” microorganismos hay, es muy importante analizar “qué hacen, su material genético y las sustancias que producen o modulan en el organismo, según uno de los investigadores que ha liderado el estudio, el doctor Jordi Mayneris-Perxachs, del IDIBGI.
Los investigadores se han centrado en identificar qué componentes específicos de la microbiota intestinal se asocian con mayor o menor capacidad de atención y, para ello, han analizado muestras de heces y sangre de tres grupos que suman más de 1,000 personas.
“Para integrar todos estos datos hemos aplicado técnicas de cálculo avanzado basadas en aprendizaje automático –conocido también como ‘machine learning’– que nos permiten examinar cantidades de información antes inalcanzables y obtener un conocimiento más profundo y de gran valor”,explica Mayneris-Perxachs.
Un primer análisis de dos cohortes mostró que las personas con obesidad y menor capacidad de atención presentaban una microbiota con mayores proteobacterias y alteraciones en el metabolismo del triptófano, un aminoácido esencial para la salud que se obtiene a través de la dieta y que es procesado con la participación de la microbiota intestinal.
Este hallazgo condujo a profundizar en el papel del metabolismo del triptófan: los investigadores observaron que niveles más altos de un compuesto derivado, llamado 3-HAA (3-hydroxyanthranilic ácido), se asociaban a una mejor atención, mientras que otros compuestos mostraban el efecto contrario.
Para comprobar si esta relación podía ser causal, hicieron pruebas con una universidad, la Pompeu Fabra, y trasplantaron microbiota de personas a ratones. Así observaron que los animales que recibían microbiota de donantes con mejor atención mostraban señales compatibles con una mejor flexibilidad cognitiva y capacidad de atención.
En otro modelo, la mosca de la fruta, una dieta rica en azúcar que induce a obesidad, o también la presencia de una especie de proteobacteria concreta (Enterobacter cloacae), perjudicaron comportamientos relacionados con la atención, mientras que la suplementación con 3-HAA los mejoró.
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