En la mente Kayri Cherena, los problemas no son obstáculos, sino puntos de partida y oportunidades para repensar lo establecido.

La ingeniera puertorriqueña de 46 años, especializada en informática y electricidad, es quien preside actualmente el Instituto de Ingenieros en Computadora del Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico, desde donde defiende la presencia activa de mujeres en un campo históricamente dominado por hombres.

“Como mujeres, tenemos la capacidad de ver las cosas desde un punto de vista distinto. Somos incisivas, determinadas, somos fuertes, y eso se refleja en cómo abordamos los problemas”, destacó Cherena al conversar con El Nuevo Día en el marco del Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería, que se celebra cada 23 de junio.

Con importantes credenciales que incluyen una doble titulación en Ingeniería Informática y Eléctrica del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico, y una Maestría en Negocios por la Universidad de Nueva Orleans, la ingeniera ponceña ha construido una sólida carrera de más de dos décadas de trabajo en los sectores de dispositivos médicos, farmacéuticos, bienes de consumo y tecnología.

“Con la ingeniería podemos resolver problemas grandes y eso me apasiona. La ingeniería no es solo pensar, es actuar con estructura y propósito”, expresó la graduada del RUM que desde temprano supo que quería desafiar los límites. “Yo decidí que quería ser diferente, decidí desarrollarme de forma multidisciplinaria. Es importante profundizar no solo en tu área técnica, sino también en otras, porque al final desarrollamos cosas para el uso humano y poder ver los problemas desde distintas perspectivas es fundamental”, añadió la también estratega de programas y regulación.

A lo largo de su trayectoria, Cherena ha liderado con éxito proyectos en grandes empresas como Johnson & Johnson, Boston Scientific e Integra LifeSciences, y ha ganado experiencia internacional trabajando en Estados Unidos, Irlanda, Brasil y Suiza. Este último destino profesional en el que vivió durante dos años fue para ella uno muy transformador, además de retante.

“En Suiza, el idioma y la cultura eran completamente distintos. Trabajé como consultora en tecnología e innovación y tenía a mi cargo un equipo de más de 20 personas”, recordó. “Pero fue también la experiencia más gratificante. Aprendí italiano, algo de alemán y me defendía con el inglés. Hice buenos colegas y ahí comprendí que no hay límites. Que podemos adaptarnos, crecer y trabajar en cualquier ambiente”, destacó Cherena.

Sus numerosos méritos y amplia preparación le han abierto camino hasta cargos ejecutivos y posiciones de liderazgo, pero el ser mujer en una industria donde la presencia femenina sigue siendo limitada le ha hecho enfrentar obstáculos adicionales.

“Mi reto mayor como mujer ha sido tener que justificar mi presencia en espacios donde ya he demostrado que tengo la capacidad y el conocimiento para desempeñarme. Lo técnico yo sé que lo domino, así que el problema es cultural. Muchos de esos espacios están liderados por hombres y aún existe resistencia", advirtió la ingeniera.

Aun así, Cherena nunca dejó que los prejuicios la intimidaran y supo imponerse con determinación. “En esta carrera las mujeres no tenemos que pedir ocupar espacios, tenemos que ocuparlos con decisión. Tener una voz firme, sostener posturas incluso bajo presión y tomar decisiones sin dejar que otros lo hagan por nosotras”, subrayó.

Para avanzar hacia una mayor inclusión y equidad en el ámbito de la ingeniería, Cherena insiste en la necesidad de cambios tangibles. “Yo creo que una de las cosas que podemos hacer es tener más visibilidad… pero no simbólica, sino real. En estos espacios no basta con destacar a las mujeres en un afiche, debemos darles mayores oportunidades para desarrollarse y sistemas de retención. Porque no es solo traerlas al ambiente, sino lograr que crezcan y puedan ejercer. Debemos buscar una evolución colectiva”, sostuvo.

Al pensar en las futuras generaciones de ingenieras, resalta el valor que la visión femenina puede aportar para lograr avances significativos en la industria. “Tenemos la capacidad de aportar innovación y una perspectiva distinta que impulsa el desarrollo de soluciones más humanas y efectivas para una mejor sociedad”, concluyó.