Washington - Se espera que el almirante de la Marina que supuestamente dio órdenes al ejército estadounidense de disparar contra los supervivientes de un ataque a un supuesto barco de narcotraficantes acuda el jueves al Capitolio para ofrecer una sesión informativa clasificada a los principales legisladores del Congreso que supervisan la seguridad nacional.

La información del almirante Frank “Mitch” Bradley, actual comandante del Mando de Operaciones Especiales de Estados Unidos, llega en un momento potencialmente crucial en el desarrollo de la investigación del Congreso sobre la forma en que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, gestionó la operación militar en aguas internacionales cerca de Venezuela. Hay cada vez más dudas sobre si el ataque pudo haber violado la ley.

Los legisladores piden una rendición de cuentas completa de los ataques después de que The Washington Post informara de que Bradley ordenó el 2 de septiembre atacar a dos supervivientes para cumplir la directiva de Hegseth de “matar a todo el mundo”. Los expertos jurídicos afirman que el incidente equivale a un delito si los supervivientes eran el objetivo, y los legisladores de ambos bandos exigen que se rindan cuentas.

Bradley hablará ante un puñado de altos cargos del Congreso, entre ellos los presidentes republicanos y los demócratas de mayor rango de los comités de Servicios Armados de la Cámara de Representantes y el Senado, y por separado ante el presidente republicano y el vicepresidente demócrata del Comité de Inteligencia del Senado.

“Se trata de un asunto increíblemente serio. Se trata de la seguridad de nuestras tropas. Este es un incidente que podría exponer a los miembros de nuestros servicios armados a consecuencias legales”, dijo el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, en un discurso en el pleno el miércoles. “Y, sin embargo, el público estadounidense y el Congreso siguen sin enterarse de los hechos básicos”.

Cuando Bradley comparezca para ser interrogado en un entorno clasificado, los legisladores buscarán respuestas a preguntas clave: ¿Qué órdenes dio Hegseth sobre las operaciones? ¿Y cuál fue el razonamiento para el segundo ataque?

Los legisladores demócratas también están exigiendo que la administración Trump publique el vídeo completo del ataque del 2 de septiembre, así como los registros escritos de las órdenes y cualquier directiva de Hegseth. Aunque los republicanos, que controlan los comités de seguridad nacional, no han pedido públicamente esos documentos, han prometido una revisión exhaustiva.

“La investigación se va a hacer por los números”, dijo el senador Roger Wicker, presidente del Comité de Servicios Armados del Senado. “Averiguaremos la verdad sobre el terreno”.

El presidente Donald Trump ha respaldado a Hegseth en su defensa de la gestión del ataque, pero la presión sobre el secretario de Defensa es cada vez mayor.

Hegseth ha dicho que las secuelas del ataque inicial al barco se vieron empañadas por la “niebla de guerra”. También ha dicho que “no se quedó” para el segundo ataque, pero afirmó que Bradley “tomó la decisión correcta” y “tenía total autoridad” para hacerlo.

También el jueves, se esperaba que el inspector general del Departamento de Defensa publicara un informe parcialmente redactado sobre el uso de Hegseth de la aplicación de mensajería Signal en marzo para compartir información sobre un ataque militar contra los militantes Houthi de Yemen.

El informe concluye que Hegseth puso en peligro al personal estadounidense y su misión al utilizar Signal, según dos personas familiarizadas con las conclusiones. El Pentágono, sin embargo, ha presentado el informe como una exoneración de Hegseth.

En el momento del ataque, Bradley era el comandante del Mando Conjunto de Operaciones Especiales, que supervisaba las operaciones coordinadas entre las unidades de operaciones especiales de élite del ejército desde Fort Bragg, en Carolina del Norte. Aproximadamente un mes después del ataque, fue ascendido a comandante del Mando de Operaciones Especiales de Estados Unidos.

Su carrera militar, de más de tres décadas, se desarrolló principalmente en los SEAL de élite de la Marina y al mando de operaciones conjuntas. Fue uno de los primeros oficiales de las fuerzas especiales en desplegarse en Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre. Su último ascenso a almirante fue aprobado por unanimidad en el Senado a principios de este año, y senadores demócratas y republicanos elogiaron su trayectoria.

“Espero que Bradley diga la verdad y arroje algo de luz sobre lo que realmente ocurrió”, dijo el senador de Virginia Mark Warner, el demócrata de mayor rango en el Comité de Inteligencia del Senado, añadiendo que tenía “un gran respeto por su historial”.

El senador Thom Tillis, republicano de Carolina del Norte, describió a Bradley entre los que son “sólidos como una roca” y “las personas más extraordinarias que han servido en el ejército.”

Pero legisladores como Tillis también han dejado claro que esperan un ajuste de cuentas si se descubre que los supervivientes fueron el objetivo. “Cualquiera en la cadena de mando que fuera responsable de ello, que tuviera visión de ello, tiene que rendir cuentas”, dijo.

El alcance de la investigación aún no está claro, pero existe otra documentación del golpe que podría completar lo sucedido. Pero la obtención de esa información dependerá en gran medida de la acción de los legisladores republicanos, una perspectiva potencialmente dolorosa para ellos si les pone en desacuerdo con el presidente.

El senador Jack Reed, principal demócrata en el Comité de Servicios Armados, dijo que él y Wicker han solicitado formalmente las órdenes ejecutivas que autorizan las operaciones y los vídeos completos de los ataques. También solicitan los datos de inteligencia que identificaron a los buques como objetivos legítimos, las reglas de enfrentamiento de los ataques y cualquier criterio utilizado para determinar quién era un combatiente y quién un civil.

Los oficiales militares eran conscientes de que había supervivientes en el agua después del ataque inicial, pero llevaron a cabo el ataque de seguimiento bajo la justificación de que era necesario hundir el buque, según dos personas familiarizadas con el asunto que hablaron bajo condición de anonimato. Lo que sigue sin estar claro -y lo que los legisladores esperan aclarar en su reunión informativa con Bradley- es quién ordenó los ataques y si Hegseth estuvo implicado, dijo una de las personas.

Legisladores republicanos afines a Trump han tratado de defender a Hegseth esta semana, respaldando la campaña militar contra los carteles de la droga que el presidente considera “narcoterroristas.”

“No veo nada malo en lo que tuvo lugar”, dijo el senador Markwayne Mullin, republicano de Oklahoma, al argumentar que la administración Trump estaba justificada en el uso de poderes de guerra contra los carteles de la droga.

Más de 80 personas han muerto en la serie de ataques que comenzó en septiembre. Y para los críticos de la campaña, como el senador Richard Blumenthal, demócrata por Connecticut, las acuciantes cuestiones sobre la legalidad de matar a supervivientes son una consecuencia natural de una acción militar que siempre estuvo en un terreno legal inestable. Dijo que estaba claro que Hegseth es responsable, aunque no ordenara explícitamente un segundo ataque.

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Esta historia fue traducida del inglés al español con una herramienta de inteligencia artificial y fue revisada por un editor antes de su publicación.