El Departamento de Justicia de Estados Unidos publicó el viernes las transcripciones de las entrevistas con Ghislaine Maxwell, exnovia y asociada de Jeffrey Epstein, quien se encuentra en prisión, mientras la administración de Donald Trump se esfuerza por mostrarse transparente en medio de una feroz reacción por su negativa anterior a revelar una gran cantidad de registros del caso de tráfico sexual.

Esta divulgación representa el último esfuerzo de la administración Trump para reparar las heridas políticas autoinfligidas tras no cumplir con las expectativas que sus propios funcionarios habían creado mediante teorías conspirativas y pronunciamientos audaces que nunca se materializaron.

Al hacer públicas dos días de entrevistas, los funcionarios parecen esperar, al menos temporalmente, contener la ira sostenida de las bases del presidente, incluso mientras siguen ocultando otras pruebas que, según habían sugerido, se estaban preparando para su publicación.

Maxwell recordó haber sabido de Trump y posiblemente haberlo conocido por primera vez en 1990, cuando su padre, el magnate de la prensa, Robert Maxwell, era propietario del New York Daily News.

“Es posible que conociera a Donald Trump en esa época, porque mi padre era amigo suyo y le tenía mucho cariño”, dijo Maxwell, según la transcripción.

Maxwell añadió que su padre sentía un gran cariño por Ivana, la entonces esposa de Trump, “porque ella también era de Checoslovaquia, de donde era mi padre”.