Washington— El presidente Donald Trump está trayendo 800 miembros de la Guardia Nacional para ayudar a las fuerzas del orden a combatir el crimen en Washington, pero solo entre 100 y 200 de las tropas estarán en las calles de la ciudad en un momento dado, dijo el Ejército.

La directiva de Trump el lunes al secretario de Defensa, Pete Hegseth, de activar la Guardia Nacional es solo el ejemplo más reciente de él enviando a la Guardia a las ciudades para apoyar la aplicación de la ley de inmigración o combatir el crimen por la objeción de funcionarios locales y estatales.

Según el Ejército, las tropas de la Guardia se desplegarán bajo el Título 32, o autoridad de “estatus federal-estatal”. Eso significa que las tropas pueden llevar a cabo actividades de aplicación de la ley en las calles de la capital de la nación, aunque, por el momento, ese no parece ser el plan.

“Sus deberes incluirán una variedad de tareas desde administrativas, logísticas y presencia física en apoyo de la aplicación de la ley”, según un comunicado del Ejército, al que la Guardia Nacional del Distrito de Columbia dirigió todas las preguntas.

Alrededor de 500 agentes federales del orden están siendo asignados a patrullas en Washington, incluyendo del FBI; la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF); la Administración de Control de Drogas (DEA); el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE); y el Servicio de Alguaciles.

Hegseth dijo a los reporteros que los miembros de la Guardia “fluirán a las calles de Washington en la próxima semana”. También dijo que el Pentágono estaba “preparado para traer otras unidades de la Guardia Nacional, otras unidades especializadas”, aunque no ofreció más detalles.

El cronograma para el despliegue de tropas también está vagamente definido. Según la directiva de Trump, las tropas de la Guardia Nacional permanecerán desplegadas hasta que el presidente determine “que las condiciones de ley y orden han sido restauradas”.

Además de los 800 miembros de la Guardia, Trump dijo “traeremos a los militares si es necesario”, aparentemente refiriéndose a las tropas en servicio activo además de la Guardia, pero agregó que “no creo que lo necesitemos”.

El despliegue de tropas a Washington se produce después de que el Pentágono retiró la gran mayoría de las aproximadamente 4,000 tropas de la Guardia Nacional y 700 Marines en servicio activo que Trump envió a Los Ángeles a finales de junio.

El mandatario estadounidense argumentó que el despliegue era necesario después de que la represión de su administración contra la inmigración condujo a protestas en toda la ciudad. Las tropas fueron en gran parte encargadas de proteger los edificios federales y proteger a los agentes de inmigración mientras llevaban a cabo redadas.

Hegseth comparó los planes para enviar tropas a la capital de la nación con su despliegue a la frontera entre Estados Unidos y México y a Los Ángeles.

“Trabajaremos junto con toda la policía de Washington D. C. y las fuerzas federales del orden”, dijo Hegseth.

Sin embargo, el gobernador de California y los funcionarios de la ciudad argumentaron que el despliegue en Los Ángeles era innecesario y acudieron a los tribunales para tratar de combatirlo.

La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, dijo a los reporteros que la misión principal de la Guardia Nacional había sido proteger dos edificios que “francamente no necesitaban ser protegidos”.

Además, la alcaldesa de Washington D. C., Muriel Bowser, también demócrata, ha cuestionado la eficacia de usar la Guardia para hacer cumplir las leyes de la ciudad.

“Simplemente creo que ese no es el uso más eficiente de nuestra Guardia”, dijo el domingo en “The Weekend” de MSNBC.

Esta tampoco es la primera vez que Trump ha elegido unilateralmente usar fuerzas federales en la capital de Estados Unidos.

En 2020, durante las protestas por el asesinato policial de George Floyd, Donald Trump desplegó la Guardia Nacional y las fuerzas federales del orden en la ciudad, en un momento dado usándolos para despejar por la fuerza a manifestantes pacíficos de una plaza cerca de la Casa Blanca para poder organizar una sesión de fotos.

Se convirtió en un momento controvertido en su primera administración en parte porque el general Mark Milley, quien entonces era el jefe del Estado Mayor Conjunto, apareció junto a Trump. Algunos vieron la presencia de Milley como el respaldo de los militares al uso de tropas contra ciudadanos de Estados Unidos. Milley luego se disculpó.