Para la procuradora de las Mujeres, Astrid Piñeiro Vázquez, poseer un arma de fuego no es un factor determinante al cometer un feminicidio porque entiende que “el problema está en la persona, el agresor”.

“Yo no creo que el daño esté en tener el arma. Yo creo que, más bien, hay que mirar para adentro porque, aun sin armas, han habido feminicidios”, sostuvo la funcionaria durante una conferencia de prensa en La Fortaleza.

En lo que va de este año, se han registrado 16 feminicidios íntimos. Es decir, asesinatos de mujeres perpetrados por su pareja o expareja. De esa cantidad, 13 han sido con armas de fuego, y siete de estos tenían licencias de portación.

El año pasado, 12 feminicidios fueron con armas de fuego –siete legales y cinco ilegales–. Mientras, en 2023, se contabilizaron 14 –12 legales y dos ilegales–, detalló el Departamento de Justicia.

La fiscal fiscal Ileana Santos, encargada de la unidad especializada en casos de violencia doméstica, dijo en una entrevista reciente con este medio que, cuando se evalúa una situación de peligrosidad en una relación de violencia doméstica, “siempre es un factor el conocer si la persona sospechosa tiene o no un arma de fuego, porque podrían implicar un mayor nivel de peligro”.

Piñeiro Vázquez, no obstante, dio la bienvenida a cualquier legislación que pretenda examinar el tema, pero recalcó que, cuando se trata de la violencia de género, es un problema social en el que hay que examinar al agresor.

“No creo que el problema está en el arma. El problema está en la persona, en el agresor que hace daño y que tristemente le está quitando la vida a nuestras mujeres”, sostuvo Piñeiro Vázquez.

“Aquel que no tiene una licencia para poseer arma, de todos modos, busca la manera cuando quiere hacer algo malo”, abundó la procuradora.