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“Ha sido un espacio de paz tenerlas a ellas”: cómo cinco mujeres transformaron el dolor por la pérdida de sus hermanos en un vínculo de sanación

En medio de la tristeza, las jóvenes, cuyos familiares fallecieron en un accidente vehicular hace un año, se encuentran y entre sí hallan apoyo y comprensión

26 de noviembre de 2025 - 11:10 PM

De izquierda a derecha, Mónica y Sindi Joe Rivera Rivera, Dyhaled Marie ni a Velma Liss Caraballo Hernández y Marjorie Rodríguez Arroyo. (Xavier Araújo)

Coamo - La tragedia tocó sus vidas el 5 de diciembre de 2024, cuando perdieron a sus respectivos hermanos en un accidente automovilístico cerca del recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (UPR). En un instante, los días se tornaron más pesados y grises. La alegría -típica de los años de juventud y de estos días del año- se desvaneció.

Pero la vida volvió a sorprenderlas. Unos intercambios de mensajes de apoyo entre sí cambiarían el rumbo de sus días, aliviarían su carga y las haría descubrir nuevas conexiones desde el amor. “Para mí, por lo menos, ha sido un espacio de paz tenerlas a ella”, compartió Mónica Rivera Rivera en entrevista con El Nuevo Día.

Mónica, de 30 años, y Sindi Joe Rivera Rivera, de 27, son las hermanas de José Martí Rivera Rivera, uno de los tres jóvenes fallecidos en el accidente de tránsito, por el cual enfrenta cargos José Enrique Martínez Rivera, quien menajeba el auto en el que viajaban también como pasajeros Josué Elías Rodríguez Arroyo y Eddie Caraballo Hernández, todos estudiantes universitarios.

Hasta ese día, Mónica y Sindi Joe no conocían a Dyhaled Marie ni a Velma Liss Caraballo Hernández, hermanas de Eddie; ni a Marjorie Rodríguez Arroyo, hermana de Josué.

“A pesar de que tuvimos una pérdida..., a nosotras, nos unió como hermanas“, compartió Marjorie.

Y es que, tras la muerte de sus hermanos, para estas cinco jóvenes, los instantes que comparten se han convertido en su terapia, en su espacio seguro y de sanación. “Me siento como que un poquito más liviana después que compartimos todas juntas, porque ventilarlo, lo bueno y lo malo, el llanto, las alegrías y las memorias, ayuda muchísimo”, expuso Mónica.

No es casualidad. Todas somos mujeres, todas somos hermanas de ellos. Yo pienso, como dijo mi hermana, que es bien difícil encontrar personas que puedan entender completamente la posición donde cada una de nosotras estamos... No todo el mundo pierde a su hermano de la manera que nosotros lo perdimos. Ellas están en la exacta posición”, agregó.

“Decidimos fortalecernos más”: la historia de cinco mujeres que conectaron tras perder a sus hermanos en accidente

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Aunque reconocen que el dolor aún se siente, sobre todo en épocas como la Navidad, encuentran apoyo y sanación juntas.

La pérdida física de sus hermanos ha sido, sin duda, lo más difícil de sobrellevar para estas cinco jóvenes. Pero no es lo único. La discusión pública de los hechos y del proceso judicial ha sido, particularmente, complicado. Añade una carga emocional. Algunas han acudido a una vista judicial y otras han preferido mantenerse al margen.

“Ha sido bien difícil porque ninguna de nosotras es una figura pública. Todas teníamos vidas relativamente normales, y esa no era la meta de nadie aquí, de tener esto y que, mucho menos, nos conozcan por el peor momento de nuestras vidas. Eso ha sido una parte bien retante”, destacó Mónica.

La colisión en la que perdieron la vida los tres jóvenes ocurrió la madrugada del 5 de diciembre del pasado año, cuando el auto impactó un poste de alumbrado, en la avenida Alfonso Valdéz Cobián, cerca del Recinto Univerisitario de Mayagüez, donde los jóvenes cursaban estudios. Según la investigación de la Policía, el imputado manejaba bajo presunto estado de embriaguez y a exceso de velocidad.

Martínez Rivera enfrenta siete cargos por violaciones a la Ley de Vehículos y Tránsito (Ley 22-2000): tres por infringir el Artículo 5.07(c) de imprudencia o negligencia; tres por violar el Artículo 7.06 por grave daño corporal a un ser humano; y uno por el Artículo 7.02 por manejar un vehículo de motor bajo los efectos de bebidas embriagantes.

“Yo, pues, me quedé solita. Mi hermano y yo crecimos prácticamente siempre juntos. Él era mi mejor amigo, nos contábamos todo, hacíamos todo juntos... Él era un poquito más como el que me cuidaba y ha sido un poquito duro el proceso porque ya no tengo a quien llamar o contarle mis cosas“, señaló Marjorie.

Época de añoranza

A casi un año de la tragedia y en pleno inicio de las festividades navideñas, el vacío físico toma otros matices. Contrario a ese famoso refrán que dice que “el tiempo lo cura todo”, la ausencia parece intensificarse, coincidió el grupo.

“Mientras más pasa el tiempo, más ha dolido y como que más se siente la ausencia... Las festividades jamás van a ser las mismas, y siempre va a estar esa silla vacía. Por más que sabemos que nuestros hermanos van a estar con nosotras siempre, porque son parte de nosotras, no va a dejar de doler el no tenerlos aquí físicamente”, sostuvo Mónica.

Mónica y Sindi Joe recordaron a su hermano, a quien llamaban de cariño “Josema”, como un joven alegre, optimista y humilde. “Él tenía esta manera de poder decir las justas palabras que yo no sabía que necesitaba. Todavía yo le texteo, todavía yo le envío cosas en las redes, todavía hablo con él todos los días”, mencionó Mónica, sin poder contener las lágrimas.

En la imagen compartida con este medio, José Martí Rivera Rivera junto a sus hermanas Mónica y Sindi Joe Rivera Rivera.
En la imagen compartida con este medio, José Martí Rivera Rivera junto a sus hermanas Mónica y Sindi Joe Rivera Rivera. (Xavier Araújo)

“Ahora, en noviembre, yo cumplí años y, pues, fue el primer cumpleaños sin él, y me hizo mucha falta esa presencia, ese mensaje, el compartir... La ausencia se siente todos los días, pero en esos días especiales es mucho más pesado. Yo siento que, hasta con el pasar de los meses, a veces, se pone peor porque es más el tiempo que llevo sin verlo, sin abrazarlo, sin estar en su presencia“, agregó Sindi Joe.

José Martí, amante del baloncesto, cursaba su cuarto año en agrimensura y topografía, encaminado en convertirse en ingeniero civil.

Dyhaled Marie, Velma Liss y Eddie eran trillizos. Entre ellos, la conexión también era muy especial. “Ser trillizos es un regalo. Como dijo mi hermana, siempre estábamos unidos, pasaba algo y estábamos los tres... No tenerlo es difícil, pero decidimos fortalecernos más”, dijo Dyhaled Marie, quien lleva en su cuello un colgante con una foto de ella y su hermano. En su brazo derecho, lleva tatuada la fecha de au partida.

“Eddie, para mí, era mi mejor amigo, era mi cómplice, y eso yo no lo voy a encontrar en más ningún lugar. Siempre fuimos unidos todos”, contó, por su parte, Velma Liss. “Yo creo que todos se identificaban por lo mismo, por su humildad y su bondad”, apuntó.

Dyhaled Marie Caraballo Hernández lleva en su cuello un colgante con una foto de ella y su fenecido hermano, Eddie Caraballo Hernández.
Dyhaled Marie Caraballo Hernández lleva en su cuello un colgante con una foto de ella y su fenecido hermano, Eddie Caraballo Hernández. (Xavier Araújo)

Josué, por su parte, era una persona recta. Estudiaba administración de empresas. “Una de las cosas que puedo decir que destacaba a mi hermano, además de su sonrisa y la luz que transmitiía, era el amor, la lealtad y el respeto por sus amigos”, recordó. “Ellos tres eran amigos porque eran, literalmente, casi iguales”, apuntó Marjorie.

El grupo de mujeres valora los momentos que pasan juntas recordando a sus respectivos hermanos.
El grupo de mujeres valora los momentos que pasan juntas recordando a sus respectivos hermanos. (Xavier Araújo)

El apoyo en Dios y sus familias –junto a la hermandad que han creado en el proceso– también ha sido determinante en este caminar. Sobre la posibilidad de, en algún momento, intercambiar palabras con el imputado de la muerte de sus hermanos indicaron que están enfocadas en sí y sus familias.

“Hay un proceso judicial que está sucediendo y hay cosas apropiadas e inapropiadas para que los procesos se den de manera justa y responsable. Todo tiene su tiempo y cada uno decidirá cuándo va a ser ese momento”, mencionó Mónica.

A “crear conciencia”

Ante las recientes muertes en las carreteras –que solo el pasado fin de semana cobraron la muerte de nueve personas, incluidos tres menores–, las jóvenes instaron a las personas a actuar desde el amor y la responsabilidad al momento de poner sus manos en el volante.

“Es crear conciencia de las decisiones... Ver las cosas desde una perspectiva con amor, y ver más allá de las decisiones... ser responsable porque esto es día a día, y uno no sabe qué pueda pasar”, expresó Velma Liss.

Entre las fatalidades está la de una madre, su hijo y otro adolescente luego de ser atropellados, a eso de las 2:12 p.m. del domingo, mientras participaban de una recolecta de dinero para una competencia deportiva que se celebrará en República Dominicana el año próximo.

Mientras, otra mujer y su bebé recién nacido fallecieron la tarde del sábado luego que el conductor de otro vehículo, presuntamente, los impactó de frente tras invadir su carril en la carretera PR-137, en Morovis, en aparente estado de embriaguez.

Ninguna se vio en esta posición, ninguna escogió estar aquí, nadie escogería estar aquí. Por ende, le puede pasar a cualquier persona, y por eso hay que actuar con responsabilidad cuando tomemos decisiones y pensar en estas personas que nos aman y que nos quieren”, expuso Mónica.

Según datos de la Policía, hasta el 25 de noviembre, 235 personas habían fallecido en accidentes de tránsito en las carreteras, 23 menos que las reportadas para la misma fecha en 2024. Pero, respecto a noviembre, se reportó un alza de 13 muertes con relación a ese mes el año pasado.

La conversación de este medio con las cinco jóvenes se extendió por casi una hora. Hubo lágrimas, reflexiones y momentos duros de procesar. Terminado el intercambio, compartieron algunas fotografía de sus hermanos. Entonces, hubo sonrisas.

En la entrevista con este medio, hubo lágrimas, reflexiones y momentos duros de procesar, pero también hubo sonrisas.
En la entrevista con este medio, hubo lágrimas, reflexiones y momentos duros de procesar, pero también hubo sonrisas. (Xavier Araújo)
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