

30 de mayo de 2025 - 2:36 PM
Toa Baja - A través de comités creados para discutir alternativas con los alcaldes federados y asociados, LUMA Energy prevé alcanzar, en algún momento de la temporada de huracanes que inicia el domingo, acuerdos de colaboración con municipios que demuestren tener los recursos para realizar tareas como desganche cercano a las líneas eléctricas y manejo de luminarias.
“Esto se trata, más bien, de que todos ellos (municipios) tengan claridad absoluta de quién está presto y preparado para hacer un trabajo cerca de una línea eléctrica. Eso no cambia los requerimientos, que son estándar, (y) queremos asegurarnos de que la seguridad sea primordial, que la prisa no nos lleve a cometer errores que puedan (costar) una vida o un accidente. Ahora mismo, estamos dándoles claridad de cuáles son los requerimientos y estamos terminando de preparar un acuerdo colaborativo inicial”, reveló este viernes Melissa Pueyo, directora de Cuentas Clave de LUMA y principal enlace con los ejecutivos municipales.
Al momento, dijo Pueyo, no se ha determinado cuántos municipios pudieran contar con el personal apto para, por ejemplo, realizar tareas de poda en torno a los cables de distribución eléctrica, aunque no descartó que los alcaldes puedan conformar consorcios que, a su vez, les permitan suscribir el memorando de entendimiento con LUMA.
Descartó, sin embargo, que se permita a los ayuntamientos trabajar en líneas eléctricas, como energizar segmentos de distribución o levantar postes, que han sido reclamos que, por años, ejecutivos municipales han traído a la mesa, particularmente en el contexto de la respuesta inmediata a eventos atmosféricos.
Los recursos municipales “tienen que ser personas certificadas por OSHA (Administración de Seguridad Ocupacional y Salud) para poder hacer trabajos cerca de las líneas, como desganche (o) cambio de luminarias. Todas estas cosas requieren unas certificaciones de seguridad y un peritaje por escrito que nos pruebe que estas personas van a poder hacer el trabajo de forma segura y ellos van a comprometer la seguridad pública ni de nuestro personal que pueda estar trabajando cerca y, no menos importante, de la red”, dijo Pueyo a El Nuevo Día, al concluir un recorrido por el almacén principal del consorcio, en el área de Palo Seco.
“Ciertamente, no trabajarían con las líneas”, aclaró, puntualizando que esas funciones están reservadas para empleados de LUMA o entidades que estén certificadas como compañías eléctricas y sean reclutadas como contratistas.
En 2023, poco después de asumir la presidencia de LUMA, Juan Saca señaló como uno de sus objetivos alcanzar acuerdos con la Federación y Asociación de Alcaldes –que agrupan, respectivamente, a ejecutivos novoprogresistas y populares– para colaborar en situaciones de emergencia. Las condiciones del operador privado de la red, sin embargo, fueron rechazadas por los municipios.
Algunos alcaldes, en aquel entonces, recalcaron que el Código Municipal ya autoriza a los ayuntamientos a “llevar a cabo todas las gestiones y labores necesarias para normalizar o restablecer el sistema de energía eléctrica”, siempre y cuando notifiquen con, al menos, cinco días de antelación a LUMA el período por el que se extenderán las labores.
En las conversaciones en curso, Pueyo detalló que LUMA ha provisto a los municipios “un listado de los requerimientos federales y de operación para que ellos los puedan estudiar” y determinar si se acogen al acuerdo de colaboración con la empresa.
“Ciertamente, queremos tener algo para esta temporada de huracanes”, dijo, afirmando que la colaboración también podría abarcar trabajos de ornato en torno a áreas como subestaciones, que faciliten el monitoreo de seguridad en estas instalaciones.
Durante el recorrido por el almacén de Palo Seco, los oficiales de LUMA presentes puntualizaron que el inventario de equipo y materiales –valorado en $400 millones– ha alcanzado un punto óptimo para combinar la respuesta a emergencias con la distribución a los 22 almacenes de distrito desde los que se coordinan los trabajos de reparación o reemplazo a nivel regional.
El ingeniero Hendzon Martínez, director de Subestaciones de la región oeste, aclaró que, en el almacén, no están disponibles aquellos equipos –como los megatransformadores de alto voltaje que se utilizan en las principales subestaciones a través del país– que requieren una manufactura específica y, por ende, pueden tomar de dos a tres años en entregarse tras una orden de compra.
Según LUMA, el sistema precisa reemplazar más de 80 transformadores “críticos” para minimizar el riesgo de apagones generales, como los que se registraron el 31 de diciembre pasado y el 16 de abril, así como otros equipos esenciales, como los dispositivos de protección en las líneas de transmisión.
En el caso de los megatransformadores, LUMA espera completar la instalación de unos nueve a lo largo del próximo año fiscal, indicó recientemente el principal oficial regulatorio, Alejandro Figueroa.
“Sin recursos, no hay manera de (responder). Yo estaba aquí (en la Autoridad de Energía Eléctrica) durante el huracán María (2017), y parte de nuestro gran reto, que nos complicó las cosas, era la disponibilidad de los materiales”, dijo Martínez, enumerando elementos como postes, transformadores, cables, herrajes, fusibles y equipo de poda como los más necesarios para responder a los eventos atmosféricos que Puerto Rico anualmente enfrenta en la temporada ciclónica.
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