Beirut - En las últimas décadas, cientos de miles de cristianos han abandonado para siempre algunas zonas de Oriente Próximo, empujados por las guerras y el auge de los extremistas musulmanes.

En el Líbano ha sido diferente. A pesar de las numerosas crisis que han azotado a la pequeña nación, los cristianos siguen disfrutando de libertad religiosa y de una importante influencia política.

La visita del papa León XIV al Líbano durante el fin de semana es un reconocimiento de la importancia del pluralismo religioso libanés y un mensaje a los cristianos para que no abandonen la región.

En Irak, un gran número de cristianos huyeron tras la invasión liderada por Estados Unidos en 2003 y el posterior ascenso del grupo Estado Islámico. Una década después, en 2014, el EI declaró un califato en amplias zonas de Irak y Siria, lo que provocó el éxodo de cristianos y fieles de otras religiones.

El Estado Islámico voló iglesias en zonas que controlaba en Siria e Irak y confiscó propiedades de muchos cristianos.

Un reciente atentado contra una iglesia en Damasco este año hizo que algunos cristianos que se quedaron en Siria consideraran la posibilidad de marcharse. Muchos cristianos en Siria se han mostrado preocupados por la dirección del nuevo gobierno del país bajo la presidencia interina de Ahmad al-Sharaa, antiguo líder del grupo insurgente islamista Hayat Tahrir al-Sham.

En Líbano, a pesar de que otros emigran, muchos cristianos que permanecen se aferran a su patria ancestral y se niegan a marcharse.

El sistema sectario de reparto del poder en el país es propenso al estancamiento y ha sido criticado por los reformistas que quieren un Estado laico, pero también ha garantizado que no se margine a las minorías.

“Más de la mitad de la ventaja procede del sistema político libanés cuando se trata de cristianos”, afirmó el sacerdote católico Monseñor Abdo Abou Kassm, director del Centro Católico de Información.

“Existe un sistema democrático en el que la gente puede expresar libremente sus opiniones sin que la maten, la opriman o la envíen al exilio”, afirmó Abou Kassm. “En Líbano se puede vivir libremente con dignidad”.

Synthia Khoury, siria de 25 años, licenciada en empresariales y miembro de una delegación que se dirigía al Líbano para ver al papa, declaró que, tras la toma del poder en su país por un gobierno islamista el año pasado, los cristianos del país asolado por la guerra temían no poder practicar libremente su religión, aunque hasta ahora no ha resultado ser así.

“Sabemos que las condiciones de los cristianos en Líbano son algo mejores que las nuestras, pero también sabemos que pasaron por muchas guerras”, dijo Khoury, añadiendo que a pesar de las penurias a las que se habían enfrentado los cristianos libaneses, “no se marcharon y permanecieron en su país y conservaron sus costumbres y tradiciones, y esto es hermoso.”

Una larga historia

Profundamente arraigados desde los primeros tiempos de la fe, los cristianos del actual Líbano han sobrevivido a guerras y genocidios durante los dos últimos milenios. Durante muchos años, las comunidades monásticas cristianas vivieron en cuevas en las escarpadas montañas para proteger su fe y evitar la persecución. Desde la creación del Estado del Gran Líbano en 1920, tras la Primera Guerra Mundial, los cristianos han desempeñado un papel decisivo en la configuración de la política y la economía del país.

En la actualidad, los cristianos representan alrededor de un tercio de los 5 millones de libaneses, lo que confiere a esta pequeña nación de la costa oriental del Mediterráneo el mayor porcentaje de cristianos de Oriente Próximo.

Líbano alberga 18 sectas religiosas diferentes, de las cuales más de la mitad son cristianas. Los católicos maronitas son el grupo cristiano más numeroso, seguidos de los ortodoxos griegos.

Los cristianos están presentes en la mayor parte del Líbano, desde el sur, en los pueblos fronterizos con Israel, hasta las zonas fronterizas con Siria, en el norte y el este, así como en la costa. El Monte Líbano, que sigue siendo el corazón cristiano, se menciona con frecuencia en la Biblia.

Desde que Líbano se independizó de Francia en 1943, existe un acuerdo de reparto del poder en el que el presidente es un maronita, el presidente del Parlamento es un musulmán chií y el primer ministro es un musulmán suní.

Esto convierte al Líbano en el único país árabe con un jefe de Estado cristiano.

“La gente puede practicar la religión donde quiera que esté, pero la identidad libanesa es algo sagrado también para nosotros”, afirma el legislador cristiano Camille Dory Chamoun, que encabeza el Partido Nacional Liberal. Su difunto abuelo, Camille Chamoun, fue presidente del Líbano en la década de 1950.

Está aliado con el Partido de las Fuerzas Libanesas Cristianas, que cuenta con 19 escaños en la legislatura de 128 miembros.

“Nuestra identidad libanesa es tan importante como nuestra identidad cristiana”, afirmó Chamoun.

Otros altos cargos ocupados por maronitas son el mando del ejército y la dirección del banco central. El vicepresidente del Parlamento y el viceprimer ministro son cargos asignados a los griegos ortodoxos.

El mando de dos de los cuatro organismos de seguridad del país también está en manos de cristianos: un general maronita dirige la Inteligencia del Ejército, mientras que un griego ortodoxo dirige la Seguridad del Estado.

Hacia el final de la guerra civil libanesa de 1975-90, que enfrentó en gran medida a cristianos y musulmanes, se llegó a un acuerdo para poner fin a la guerra en la ciudad saudí de Taif. Desde entonces, los escaños del Parlamento y el Gabinete se reparten a partes iguales entre cristianos y musulmanes.

Los lazos del Líbano con el papado

Charles Hayek, historiador e investigador, afirma que los lazos entre Líbano y el Vaticano son antiguos y profundos, y añade que existe una tradición que afirma que San Pedro, el primer papa, estableció iglesias en Beirut, Biblos, Batroun y Trípoli, a lo largo de la costa libanesa.

Hayek añadió que dos hombres de origen fenicio de lo que hoy es la ciudad portuaria de Tiro, en el sur del Líbano, fueron elegidos papas en Roma en el siglo VIII.

“También existe una correspondencia ininterrumpida, especialmente entre la Iglesia maronita, la Iglesia católica local y el papado desde 1215”, dijo Hayek.

A pesar de la guerra civil y las luchas sectarias en Líbano, musulmanes y cristianos coexisten hoy pacíficamente y los seguidores de ambas religiones se aceptan mutuamente como compañeros.

“Los cristianos del Líbano y el este son una parte principal de la región”, afirma Khaldoun Oreimet, clérigo musulmán suní que dirige el Centro Islámico de Estudios e Información.

“Los cristianos no son (sólo) una comunidad, sino parte integrante de esta tierra”, dijo Oreimet.

La visita del papa al Líbano se produce un año después de que un alto el fuego mediado por Estados Unidos pusiera fin a la guerra entre Israel y Hezbolá, en la que murieron unas 4,000 personas y se produjeron destrucciones por valor de miles de millones de dólares. A pesar del alto el fuego, el país sigue sufriendo ataques aéreos israelíes casi a diario, incluido uno en Beirut el 23 de noviembre en el que murieron cinco miembros del grupo militante Hezbolá y otros 28 resultaron heridos.

Muchos políticos cristianos criticaron a Hezbolá por iniciar la guerra un día después del ataque dirigido por Hamás contra el sur de Israel el 7 de octubre de 2023. El grupo respaldado por Irán había dicho durante años que sus armas sólo estaban destinadas a defender Líbano.

Muchos cristianos del Líbano, entre ellos el jefe de la Iglesia maronita, el cardenal Bechara Rai, han pedido que el Líbano sea un Estado neutral, en lugar de un escenario donde las potencias regionales y mundiales ajusten sus cuentas.

“Si Dios quiere, Líbano empezará a sentirse más seguro en los próximos días”, dijo Chamoun. “Lo más importante es detener estos conflictos que son extremadamente dañinos”.

“Hemos visto sus consecuencias y hemos comprobado que estamos pagando un precio muy alto por las guerras de otros en nuestra tierra”, añadió.

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Esta historia fue traducida del inglés al español con una herramienta de inteligencia artificial y fue revisada por un editor antes de su publicación.