Londres— Mientras el hombre antes conocido como el Príncipe Andrew se veía envuelto en las noticias que rodeaban al delincuente sexual Jeffrey Epstein, intentaba distanciarse del escándalo.

“No puedo aguantar más esto”, le escribió en 2011 un remitente identificado en los contactos de Epstein como “El Duque”, en uno de los miles de correos electrónicos parcialmente redactados publicados el miércoles.

No podía tener ni idea de la caída en desgracia que le esperaba.

Catorce años después, el antiguo Duque de York ha sido despojado de todos sus títulos, incluido el de príncipe que se ganó al nacer. Andrew Mountbatten-Windsor -como se le conoce ahora- fue degradado a la realeza hace dos semanas por su hermano, el rey Carlos III, y se enfrenta al desahucio de la mansión en la que ha vivido sin pagar alquiler cerca del castillo de Windsor.

Pero las malas noticias siguen llegando.

El reciente aluvión de documentos ha renovado las acusaciones de agresión sexual contra Mountbatten-Windsor y ha socavado sus negativas a haberse reunido alguna vez con su acusadora, Virginia Roberts Giuffre. También revelan algunos de los esfuerzos realizados entre bastidores para atacar sus afirmaciones.

Mountbatten-Windsor ha negado vehementemente todas las acusaciones de Giuffre, que se quitó la vida a principios de este año. Sin embargo, llegó a un acuerdo extrajudicial por el que supuestamente le pagó millones de dólares.

Cuando los vínculos de Mountbatten-Windsor con Epstein -que había sido condenado por solicitar prostitución en Florida- se conocieron por primera vez en 2011, se vio obligado a dimitir como enviado comercial especial de Gran Bretaña.

El escándalo, sin embargo, resurgió en 2019 cuando Epstein fue arrestado por segunda vez acusado de tráfico sexual. Giuffre dijo que tenía 17 años cuando fue víctima de trata para mantener relaciones sexuales con Mountbatten-Windsor.

En un intento desastroso de limpiar su nombre, Mountbatten-Windsor concedió una entrevista a la BBC en la que negó haberse reunido nunca con Giuffre y dijo que había roto el contacto con Epstein en diciembre de 2010. Fue muy criticado por no mostrar empatía por las víctimas de Epstein y por ofrecer explicaciones poco creíbles sobre su amistad con Epstein.

Su caída en el último mes comenzó cuando otros correos electrónicos mostraron que su amistad con Epstein duró mucho más de lo que él reveló. Esas revelaciones fueron seguidas por la publicación de las memorias póstumas de Giuffre el mes pasado, que detallaban las tres veces que ella dijo que habían mantenido relaciones sexuales.

Los nuevos correos electrónicos refutan la afirmación de Mountbatten-Windsor de que una instantánea suya con el brazo alrededor del vientre parcialmente desnudo de Giuffre fue manipulada porque él no recordaba haberla tomado.

“Sí estuvo en mi avión, y sí se hizo una foto con Andrew como han hecho muchos de mis empleados”, escribió Epstein en un correo electrónico de 2011 en el que llamaba mentiroso a Giuffre.

Epstein menospreció repetidamente a Giuffre, llamándola “nada más que una telefonista”.

Habló de conseguir un reportero para investigarla, sugiriendo que “al Palacio de Buckingham le encantaría”.

Cuando el Mail on Sunday solicitó un comentario antes de publicar un artículo en marzo de 2011 sobre las acusaciones de Giuffre, Epstein reenvió el correo electrónico a Mountbatten-Windsor.

“Por favor, asegúrese de que cada declaración o carta legal diga claramente que NO estoy involucrado y que no sabía ni sé NADA sobre ninguna de estas acusaciones”, decía la respuesta del correo electrónico listado como “El Duque”. “No puedo aguantar más esto (por) mi parte”.

Cuando le preguntó a Epstein cómo pensaba responder a la petición del tabloide, Epstein dijo que no estaba seguro.

“La única persona con la que no tuvo sexo fue Elvis”, escribió.