Soy tu adversario primordial y el que usualmente aparezco en tus pesadillas. Cuando piensas en mí, te entra un calentón por el temor que me tienes y provoco el sudor en las palmas de tus manos. Constantemente te empujo para que caigas al piso y nunca cuentes conmigo para levantarte. Causo que te frustres, en ocasiones que te rindas y tengo la habilidad de hacerte creer que no sirves para nada. Me ves como el villano en tu historia y el que te arruina las oportunidades. Muchas veces llego cuando menos me estás esperando, pues luego de trabajar en algo por un periodo largo de tiempo y piensas que tendrás un resultado excepcional, entonces decido aparecer. Sin embargo, a pesar de que la percepción que tienes de mí es una negativa, lo que intento no es destruirte. No te ayudo a levantarte cuando te tumbo para que utilices tus propias fuerzas. Quizás te cierro algunas puertas, pero es para que abras otras nuevas y mejores. Soy el primer paso para que llegues al éxito porque mi propósito es motivarte para que seas la mejor versión de ti y logres todo lo que te propongas. ¿Quién soy?
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El fracaso y la inspiración
Es crucial que normalicemos el fracaso y lo utilicemos como inspiración, pues no se llega al éxito sin fallar, sino levantándonos luego de caer, dice Mariela Kury
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