Se acabaron las certezas. Porque llegará un momento en que la pandemia habrá dejado de ser una amenaza constante para la mayoría. Pero habrá quienes deberemos ser más cautos, escribe Sergio Ramírez
Se acabaron las certezas. Porque llegará un momento en que la pandemia habrá dejado de ser una amenaza constante para la mayoría. Pero habrá quienes deberemos ser más cautos, escribe Sergio Ramírez
He vuelto a ver el video donde el tenor polaco Leszek Świdziński canta Nessun Dorma en un patio rodeado de los edificios de un hospital de Varsovia, por cuyas ventanas se asoman médicos, enfermeras, pacientes con mascarillas, mientras los miembros del coro, vestido de cualquier manera, y como si pasaran por el patio por mera casualidad, van juntando sus voces. Al final, los espectadores enclaustrados aplauden, lanzan vivas al tenor. Son voces remotas, como de otro mundo. El mundo del encierro. Siento que podría contemplar la escena desde una de esas ventanas.
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