Puerto Rico enfrenta una de sus peores crisis, la violencia contra la mujer. Aunque podemos reconocer otras, esta es suficiente para activar nuestras mejores armas para combatirla desde todos los frentes, como en cualquier batalla. Uno de esos frentes, para mí, el más estratégico, es la educación. Erradicar la violencia contra la mujer es responsabilidad de toda la ciudadanía, pero si educamos a todo el alumnado desde temprana edad, estaríamos apostando y asegurando a nuestras próximas generaciones. Precisamente hay personas expertas que indican que el problema también está en la raíz misma de la educación.