Digan lo que digan, en Puerto Rico existe la noble tradición del servicio público. El único caudal que un servidor público se lleva consigo tras 30 años de su vida laboral es el de respeto, prestigio y la satisfacción de haber cumplido. Los maestros, policías y bomberos constituyen notables ejemplos; y en los últimos años los servidores públicos de la salud, desde los médicos a los enfermeros, fueron los héroes de la pandemia. Acá en el Caribe la crudeza y frecuencia de los eventos atmosféricos y desastres naturales provocados por nuestro clima tropical crearon otra clase de servidores públicos evolucionada de los voluntarios de la antigua Defensa Civil… los “rescatistas” modernos que enfrentan el poder de los elementos de la Naturaleza y arriesgan la vida para salvar la de sus semejantes.