Nuestra unión, representante sindical de sobre 13,000 empleados del gobierno central y jubilados, radicamos una demanda en la Corte Federal en busca de la paralización de la reducción de jornada y el recorte en las pensiones, tanto de los jubilados, como de los trabajadores activos. 

Lo hicimos ya que poner en vigor estas acciones implica enviar a la pobreza a los servidores públicos y a sus familias, a la vez que impacta adversamente la economía de nuestro país. El recorte en las pensiones también tendría un impacto detrimental en nuestra población envejeciente que hoy día hace malabares para sobrevivir y cubrir sus necesidades sin depender de sus familiares y/o el gobierno. 

La Junta de Control Fiscal no tiene la visión de sacar a Puerto Rico hacia adelante, sino la de servirle de cobradores a los bonistas. Indigna escuchar a la directora ejecutiva de la Junta de Control Fiscal, quien gana la modesta suma de $624,000 anuales sin contar los beneficios adicionales, lo que equivale al salario de sobre 312 empleados públicos, hablar de los recortes y medidas de austeridad como nuestra única caja de herramientas.

Para Puerto Rico, su caja de herramientas no son los recortes, las imposiciones de nuevos arbitrios ni las medidas de austeridad hacia los más vulnerables. Por el contrario, son esos héroes anónimos que día a día salen a laborar en bienestar de nuestro pueblo.

Es esa trabajadora social que arrulla a un menor para protegerlo cuando es agredido; es ese enfermero que vela por restaurar tu salud; es ese oficial de custodia que vela por nuestra seguridad; es esa secretaria que cuando estás desesperado te da la mano y te  calma para seguir los procesos necesarios para salir adelante; es ese maestro que da la milla extra para que tú tengas un mejor futuro; es ese trabajador que ayuda a un discapacitado a entrar a la fuerza laboral; es ese técnico de servicios a la familia que vela por el bienestar y la seguridad de nuestros ancianos olvidados; es ese trabajador que usa la ciencia en búsqueda de la verdad y la justicia.

Son también esos padres y madres de familia dispuestos a servir a nuestro pueblo por vocación, aunque carezcan de las herramientas básicas de trabajo; son esos pequeños y medianos comerciantes que luchan por salir a flote; es ese empleado del sector privado que recibe el salario mínimo y ahora enfrenta una reforma laboral anti obrera pero que no se amilana y sigue hacia delante por su familia y por Puerto Rico.

En resumen, nuestra caja de herramientas es la voluntad de todos los sectores de nuestra sociedad para unirse bajo una sola bandera, enfocados en el desarrollo económico y social de nuestra Isla. Solo la unidad de nuestro pueblo logrará el resurgir de nuestra patria. 

Por eso, en esta semana del Servidor Público, no hay mejor manera de honrarlos que luchando vehementemente, en todos los foros que sean necesarios, por sus derechos y evitando que jueguen con el sustento de sus hogares.