

El pasado 20 de enero, la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, quiso tranquilizar a la comunidad dominicana en nuestra isla ante las amenazas de deportación masiva de Donald Trump. “Eso es allá por la frontera con México”, dijo con la misma liviandad con que en su día nos dijeron que el coronavirus se quedaría “allá lejos, en China”. Como si el sufrimiento tuviera pasaporte o el miedo supiera de fronteras. Seis días después las redadas comenzaron en Barrio Obrero. Los agentes federales cayeron como ráfagas en la madrugada, sin la más mínima sensibilidad, separando familias y atropellando sueños. Ante la indignación que estas intervenciones generaron, la gobernadora se lavó las manos y dijo que nadie en el gobierno había colaborado con las redadas. Rebeca González, directora local de HSI- ICE, reveló que desde finales de enero el gobierno había entregado más de 6,000 documentos de inmigrantes dominicanos que, confiando en la Ley 97 de 2013, solicitaron licencias de conducir.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: