La sensibilidad que el titular de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, Michael Regan, ha mostrado hacia comunidades puertorriqueñas que sufren estragos ambientales, muchas veces sin conocer las causas y la magnitud de los riesgos a los que están expuestas, debe mover a las autoridades, en colaboración con organizaciones comunitarias y ecologistas, a poner en vigor iniciativas concretas para la protección de los espacios que definen el nivel de calidad de vida.