Dentro del esquema de corrupción en Cataño que escandaliza, en parte, por el gusto desenfrenado del exalcalde Félix “el Cano” Delgado por joyas, autos y otros artículos de lujo, está el vergonzoso lucro personal en perjuicio de la solución de una de las crisis más complejas de Puerto Rico: el manejo de los desperdicios sólidos.